Otra flor del selecto jardín de defensores del medio ambiente fue deshojada por las fuerzas más oscuras decididas a destruir nuestro hogar común y un futuro sostenible.
Berta Cáceres, la valerosa luchadora por los derechos humanos y el medio ambiente en su natal Honduras, fue víctima de los intereses comerciales que están detrás de sus asesinos.
En este 2 de marzo un escuadrón armado irrumpió en su modesta casa en La Esperanza, acribillándola a balazos. Aunque las autoridades policíacas enfocan el caso como un asalto con fines de robo, los familiares de Berta insisten en que fue víctima de un asesinato planeado.
Berta era miembro de los lenca, el pueblo indígena que vive en la parte suroeste de Honduras y el este de El Salvador.
Su vida ejemplar, siendo la voz de las personas más vulnerables de esa parte del mundo, le trajo amenazas contra su vida durante muchos años. Una de sus acciones más activas fue la oposición a la presa hidroeléctrica en Río Blanco. Ella libró una lucha desigual contra los intereses de la compañía hondureña Desarrollos Energéticos y la china, Sinohydro Corporation, la mayor empresa de construcción de hidroeléctricas en el mundo, así como otros gigantescos grupos industriales holandeses, finlandeses y alemanes.
El gobierno de Honduras ha estado muy ocupado en poner a la venta los derechos de los ríos y muchos otros recursos naturales a los que estén dispuestos a pagar el mejor precio. En este caso, había violación a los derechos intrínsecos de las personas a tener acceso al agua, la esencia de la vida. Eran muy grandes las presiones para construir la presa de parte del Banco Centroamericano de Integración Económica, que, entre otros países, tiene inversiones por parte del gobierno de Estados Unidos.
Berta sufrió durante muchos años persecuciones y su vida y la de su familia estaban en peligro. Se vieron obligados a abandonar su país por un tiempo. Nunca se dio por vencida, aún sabiendo que a los 43 años de edad sus días podrían estar contados. Ella fue recipiente en 2015 de uno de los premios más distinguidos de la ecología, el Premio Goldman de Medio Ambiente por su exitosa batalla contra la proyectada presa de Agua Zarca.
En una entrevista con el periódico ingles The Guardian el día de su premiación declaró, “Debemos afrontar todas las luchas en el mundo, donde quiera que sea, porque no tenemos otro planeta ni forma de reemplazarlo. Sólo tenemos este y debemos tomar acción”
Ahora, Berta Cáceres se une a la larga lista de héroes famosos caídos y también desconocidos que ofrecen lo mejor de sí en nombre de la raza humana y de nuestro planeta asediado.
Nosotros, en NAPF ofrecemos un humilde homenaje a esta distinguida dama y expresamos nuestras más profundas condolencias a su familia y las personas que la aman. El mundo es un sitio más pobre ante su ausencia.
Rubén Arvizu es Director para América Latina de la Nuclear Age Peace Foundation
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Foto: Prachatai | Flick (CC)