Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.
Comprensión del Impacto Inmersivo y Multifacético de las Redes Sociales en Conexiones Personales
Este artículo examina cómo plataformas como Facebook e Instagram nos permiten mantener conexiones significativas que trascienden la distancia física, creando espacios digitales donde compartimos nuestras vidas personales y profesionales.
- Hace más de medio año abri mi cuenta en Facebook y unas cuantas semanas que empecé con Instagram. Fue estimulado externamente por voces influyentes, aunque también había una curiosidad personal genuina.
- Por quizás muchas razones la posibilidad de practicar el voyeurismo en un entorno digital era atractiva para mí. Sin embargo, más que eso fue porque cada plataforma ofrece algo único: mantener una cercanía con aquellos a quienes valoramos.
- En Facebook me brindó la oportunidad de reencontrarme con ex compañeros de trabajo y mis amigos de primaria. Además, he podido compartir experiencias personales como emociones propias en el curso de mi vida.
- En Instagram la dinámica cambió ligeramente; aunque todavía mantengo y sigo contactando con amigas desde las que he conocido personalmente, ahora me encuentro también con nuevas amigas cuya cercanía física es difícil o imposible de alcanzar.
- Las plataformas nos han ayudado a encontrarnos y reconocernos como seres humanos que se importan, quieren conocerse mutuamente e involucrarse emocionalmente sin la necesidad de un contacto físico.
- “Estado” es para mí una expresión genuina y no competitiva. He rechazado varias solicitudes porque busco conexiones que reflejen verdadera identidad, en lugar de imitar la popularidad falsa.
- “Mi madre ha resistido el uso de estas plataformas hasta verlas como herramientas para ampliar mis horizontes profesionales. Ahora ve que estoy escribiendo menos por teléfono, pero ella se da cuenta más detallada del estado actual y progreso familiar en Facebook.”
- “Al final me gusta de las redes sociales no solo por los cariños recibidos, sino también porque percibo su poten02. La tecnología está a nuestros pies: ¡Uníos!”. Esto resalta mi creencia en que estas plataformas pueden ser instrumentos poderosos para mujeres de todo el mundo con objetivos reales y específicos.
Preguntas frecuentes
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¿Cuál es la importancia de mantener las conexiones personales a través de plataformas como Facebook e Instagram?
Respuesta: Estas plataformas nos permiten mantener cercanías significativas que trascienden distancias físicas, creando espacios digitales para compartir nuestras vidas en contextos personal y profesional.
¿Cómo ha cambiado la dinámica de las conexiones personales debido a Instagram?
Respuesta: Aunque mantengo amigas previamente conocidas, también he encontrado nuevas amistades en Instagram cuya cercanía física es difícil o imposible de alcanzar.
¿Por qué ha elegido rechazar ciertas solicitudes para seguir usando las redes sociales?
Respuesta: Busco conexiones que reflejen verdadera identidad, en lugar de imitar la popularidad falsa.
¿Cómo ha afectado el uso de plataformas digitales a su familia y sus objetivos profesionales?
Respuesta: Las plataformas han ayudado al individuo y su madre a reconocerse como seres humanos que se importan, quieren conocerse mutuamente e involucrarse emocionalmente sin necesidad de contacto físico.
¿Cómo percibe el usuario la tecnología en relación a los objetivos reales y específicos?
Respuesta: El individuo cree que las plataformas pueden ser instrumentos poderosos para mujeres con metas tangibles e intencionales.
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Texto original (2010)
En este artículo exploramos cómo las redes sociales como Facebook y Tuenti nos permiten mantener una conexión cercana que trasciende la distancia física, creando un hogar digital en el cual compartimos nuestras vidas personales y profesionales.
…Y a pesar de estar todas en esta inmensa red con infinitas posibilidades de no contactarnos… vamos tejiendo una fuerte y resistente red que aunque invisible, tarde o temprano nos sostiene de muchas maneras…
-Parras
Hace poco más de año y medio abrí mi cuenta en Facebook y apenas unos cuantos meses que abrí la de tuiter, en ambos casos más alentada por voces externas que por un genuino interés personal. Y en ambos casos, acabé rayando en la adicción a cada una de estas dos.
¿Por qué me hice mega fan de estas redes sociales? Pues la verdad por muchas razones, una, quizás, la posibilidad real de ejercer el voyerismo, pero más que eso fue porque cada una de estas redes con sus esquemas, sus condiciones, sus limitantes y posibilidades me ofrecen algo que en lo tangible es imposible: mantener una cercanía con toda la gente que quiero, que aprecio, que me importa y algunas a las que yo les importo.
En Facebook retomé el contacto con ex compañeros de distintos trabajos, de mi primaria y también he podido compartir con muchos familiares, las aventuras, locuras y resbalones propias de la vida. No soy de las que tenga muchos amigos en mis contactos ni voy contando uno a uno los nuevos, el “feiz” no es un concurso de popularidad en mi opinión, y por supuesto que he negado varias solicitudes, pues no es mi interés ser lo que no soy, es decir, nunca fui la más popular, no tengo porque serlo ahora de manera ficticia.
En tuiter la dinámica cambió y si bien sigo y me siguen muchas amigas y amigos que antes de tuiter conocí en persona, personalmente, ahora me encuentro a muchas mujeres a las que no sólo no conozco, sino a las que sería imposible conocer simplemente por asunto de física: muchas viven fueran de la ciudad de México, donde vivo y otras varias fuera de mi país.
Y a pesar de estar todas en esta inmensa red con infinitas posibilidades de no contactarnos, acabamos encontrándonos, reconociéndonos, espejeándonos, queriéndonos, cuidándonos , apoyándonos, apapachándonos, vamos tejiendo una fuerte y resistente red que aunque invisible, tarde o temprano nos sostiene de muchas maneras.
Lo más rico de encontrarme con otras mujeres en las redes sociales fue que a pesar de la posibilidad de la ficción, de la máscara, cada una de nosotras es en mayor o menor medida auténtica, todas reales aunque no nos toquemos con las manos ni nos veamos frente a frente, nos queremos, nos importamos, nos procuramos.
Mi madre se resistió mucho tiempo a entrarle a esto de las redes sociales, hasta que finalmente y, no por mi, las vio como una herramienta de trabajo, como la posibilidad de ampliar horizontes. Hoy ella tiene su cuenta y me doy cuenta de que me habla menos por teléfono, pero sabe más de mi por mis “estatus” en FB. Hoy me pregunta menos cómo estoy, cómo van las cosas en casa, cómo crece su nieto, porque sabe más y mejor, de mi, de mi casa, de mi hijo.
Como mujer, con todo lo que eso implique, las redes sociales me han sumado grandes cariños y consolidado amistades entrañables.
En el fondo y aunque aún no llego a ese punto, lo que más me gusta de estas redes es el potencial enorme de ser una herramienta para todas las mujeres del planeta de hacer cambios reales, concretos que nos beneficien como mujeres, madres, esposas, novias, amantes, hijas, trabajadoras y constructoras que somos de este mundo. Creo que las redes sociales nos ayudan a acabar con los silencios que duelen hasta los huesos, con los miedos que nos paralizan y nos restan en lugar de sumarnos. Nos dicen que no estamos solas, que las alegrías y los pesares los compartimos con millones de otros seres por una sola razón, porque somos mujeres.
Chicas, sí, la tecnología está a nuestros pies: Uníos!

