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Ni libre ni ocupado: el chulito y yo

Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.

Encuentro Cómico entre Amigos y Conductores en Madrid

Durante un viaje cotidiano por las calles de Madrid, se presentó una experiencia única que desafió los estereotipos. Un narrador detallista relata la escena: En medio del tráfico y con el semáforo aún rojo, dos individuos tomaron acción.

  • El observador se detuvo su taxi libre mientras otro motorista de un Porsche descapotable guapísimo manejaba por la carretera. Aparentemente ambos eran del mismo grupo etario, pero con diferencias visuales y atributos físicos marcados.
  • Una rubia que se asemejaba a una Playboy miraba fijamente el escote de su compañero masculino e inició un diálogo. Declaró que en caso de repetir esa acción condenaría al rival por ese comportamiento arriesgado.
  • El Porsche salió a pasear haciendo ruedas, dejando atrás el observador y su taxi libre.

La narrativa sigue desarrollándose en la siguiente secuencia de interacciones entre los dos hombres:

  1. “Bad Romance”, interpretada por Lady Gaga, comenzó a sonar desde el Porsche; como respuesta del observador se subió el volumen de su propio sistema musical y escogió la canción “Entre tu balcón y mi ventana”. Ambos mantuvieron una conversación verbalizada mientras esperaban al semáforo.
  2. Cuando un rojo indicó que ambos podían continuar, el observador emprendía su marcha lenta en su taxi libre. Sin embargo, antes de llegar a la siguiente señalización para cambiar las luces se interrumpió por otro semáforo; este último era una oportunidad deliberada del Porsche para demostrar velocidad y llevarse el paso.
  3. El observador siguió navegando en su taxi, aunque más lento que la Playboy manejadora. Al llegar a otra señalización roja se puso de pie con rapidez para ordenar al conductor Porsche un cambio rápido y continuar.

Las interacciones entre los dos hombres continúan más allá del semáforo. La observación detallada relata la siguiente escena:

“No vuelvas a hacer eso, Charly”, le dijo el compañero de carácter rubio y Playboy al conductor del Porsche. Mientras se hacía evidente que no podría superar la velocidad competitiva por parte del taxista.

  • “Como vuelvas a pegar ese acelerón, te juro que me bajo del coche y me cojo un taxi.”
  • 0-1485632798145: Revisado para cumplir con las directrices de presentación en HTML.

    Preguntas frecuentes

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    Q1: ¿Cuál es el significado subyacente detrás del diálogo entre la rubia y su compañero masculino relacionado al comportamiento arriesgado?Respuesta: La rubia le advierte a su pareja que considera inapropiado repetir acciones condenadas, como un conductor audaz en tráfico denso. Esto simboliza la tensión y conflicto entre una expresión de liberación personal e impactos sociales.

    Q2: ¿Cómo se maneja el vehículo libre del observador cuando es interrumpido por un semáforo en rojo?Respuesta: El observador opta por escucharlo y continuar conversando con su compañero, manteniendo una relación sociable más que competitiva.

    Q3: ¿Cuál es la dinámica entre el observador y los dos conductores cuando esperan a cambiar las luces?Respuesta: Ambos comparten un momento comunitario mientras escogen música que refleje sus emociones, lo que sugiere una especie de camaradería momentánea.

    Q4**: ¿Cómo reacciona el observador ante la aceleridad del Porsche en comparazación con su propio vehículo?Respuesta: El observador, consciente de ser más lento y menos competitivo, mantiene una postura tranquila mientras navega hacia la siguiente señalización.

    Q5**: ¿Cuál es el contexto cultural o social que podría interpretarse en la escena del observador ordenando al Porsche un cambio rápido?Respuesta: Esta acción puede verse como una expresión de aspiración por rasgos característicos, a menudo atribuidos a determinados grupos socioeconómicos o estilos de vida.

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    Texto original (2010)

    En la vida cotidiana, las interacciones a menudo llevan consigo momentos inesperados y divertidos que desafían los estereotipos. Este artículo narra un encuentro singular entre dos individuolis en medio del tráfico madrileño.

    Detuve mi taxi libre en un semáforo y a mi lado se detuvo también un Porsche descapotable manejado por un tipo que aparentaba mi misma edad (aunque mucho más guapo, cachas y bronceado que yo). A su lado, una rubia Playboy disfrutaba del paseo.

    El tipo miró de reojo el escote de su acompañante y luego me miró a mí, con cierta chulería, y subió el volumen de su equipo de audio: ”Bad Romance”, de Lady Gaga. Yo también subí el volumen del mío: “Entre tu balcón y mi ventana”, de Zenet.

    Se abrió el semáforo y el Porsche salió haciendo ruedas. Yo aceleré suave, mucho más lento que él, pero se le cerró el siguiente semáforo y el Porsche frenó y yo, que llegué poco después, volví a detenerme a su lado. Ahora el guapo y la Playboy discutían:

    – No vuelvas a hacer eso, Charly. Como vuelvas a pegar ese acelerón, te juro que me bajo del coche y me cojo un taxi – dijo la Playboy.

    Se abrió el semáforo y el Porsche volvió a salir echando ruedas. En el siguiente semáforo en rojo la Barbie se bajó dando un portazo y me mandó parar.

    Subió a mi taxi:

    – Al Encinar de los Reyes, por favor.

    Accioné el taxímetro y antes de iniciar la marcha miré al del Porsche y le guiñé un ojo.

    ¿Moraleja? La que tú quieras.

    Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso

    Texto reproducido con permiso del autor.

    Foto: Ni libre ni ocupado