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Ni libre ni ocupado: El humo del recuerdo

El humo de mi cigarro tiene tus curvas. Eres un cáncer enquistado en la memoria. Le pido consejo al médico de guardia que me mira y limpia vasos al otro lado de la barra. Me receta dos de tequila y una cerveza cada media hora. La dosis funciona. Ahora  asomo la cabeza otra vez a tu balcón. Acabas de apagar la luz. Me enciendo por dentro. Pido otra ronda. Sé que ahora duermes, pero no lo que sueñas. Tal vez, si consiguiera emparejar mi Bluetooth con el tuyo, podría trepar por las hondas invisibles de nuestros móviles hasta tu balcón. “Rastrear dispositivos”. Ahí estás. No me atrevo. Pido otra ronda. El doctor me dice que no, que ya va a cerrar la consulta. Salgo de ahí y me meto en mi taxi. Estoy demasiado borracho de amor para conducir. Me acurruco en el asiento trasero. Hace frío. Tal vez, si consiguiera soñar lo que tú sueñas, podría entrar en tu cabeza, formatearla y empezar nuestra historia de cero. Sin mentiras, ni terceras personas. Enciendo otro cigarro. Me trago el humo de tus curvas. Soy un cáncer enquistado en tu memoria.

Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso

Este texto no es copyleft y ha sido reproducido únicamente con permiso del autor.

Foto: Ni libre ni ocupado