Ni libre ni ocupado: El primero del resto de los besos

Intimidad entre jóvenes en el transporte público

, por un lado observador detrás de la volante y espejologo del mundo urbano madrileño, explora las dinámicas sociales de la adolescencia a través de su perspectiva desde dentro.

• Una experiencia inesperada entre dos jóvenes durante un viaje en taxi:
• El observador, al cerrar los ojos y armarse de valor se da el beso a la adolescente.

Riqueza del momento:

• Iniciando una novedad para ambos, pero excitante como cualquier primera experiencia compartida.
• Este contacto se realiza sin intenciones previas y ambas parecen estar dispuestas a explorarlo con cautela e interés.

Interacción posterior:

• Al instante después del beso, ambos deciden separarse sin discutir ni comentar sobre el hecho que acabaron de experimentar. Se apartan mirando y no hablan más.
• Después de despedirse con unas palabras breves la experiencia les dejó algo fría en la piel, indicativo del impacto inmediato e intemporalidad que tales encuentros pueden tener dentro de sus vidas sociales y personales.

Preguntas frecuentes

Q: ¿Qué ocurrió entre el observador detrás del volante y la adolescente en un viaje compartido?
Respuesta: El observador, al cerrar los ojos e intentar fortalecer su valor interiorista contra las normas sociales impuestas por la edad avanzada de este último miembro del público urbano madrileño, terminó besando a una joven adolescente en el taxi. Este encuentro fue inesperado para ambos y marcó un punto de inflexión en su percepción sobre las interacciones entre personas más mayores e individuos menores.

Q: ¿Cómo afectó este momento la relación personal del observador con la adolescente?
Respuesta: Este encuentro provocó en el observador una mezcla de emociones. A pesar de que fue un gesto inesperado y algo atrevido, él se sintió aliviado por haber disfrutado del momento sin repercusiones negativas tras la separación.

Q: ¿Cómo interaccionaron entre sí los jóvenes después de que terminara el beso?
Respuesta: Tras el hecho, ambos decidieron alejarse rápidamente con palabras breves. No hubo una discusión ni comentarios posteriores sobre la situación que se vivió y tuvieron un impacto inmediato e intemporal en sus vidas sociales y personales.

Q: ¿Qué reflexiones emergen de este encuentro entre el observador y la adolescente?
Respuesta: Este contacto transgresorio abrió una puerta a un tipo diferente de interacción social que, aunque breve en su desarrollo temporal, puede tener consecuencias duraderas para ambas partes. Más allá del incidente específico, el encuentro refleja las dinámicas y la tensión existente entre personas de distintos generaciones.

Q: ¿Qué implicaciones sociales tiene este encuentro en un contexto urbano madrileño?
Respuesta: Este gesto inusual dentro del ambiente público y densamente poblado refleja las brechas que existen entre diferentes edades, culturas e historias personales. El hecho de experimentar tales encuentros puede ser un catalizador para la reflexión sobre cómo las jerarquías sociales pueden romperse o modificarse.

Texto original (2010)

Este relato corto entrevista el tema de la intimidad, en esta oportunidad durante un viaje particularmente inesperado y cómodo ofrecido por Daniel Díaz. A través del uso literario irónico e introspectivo del personaje principal como observador detrás del volante, se exploran las dinámicas sociales de la adolescencia en el espacio íntimo desde una perspectiva urbana madrileña. Artículo: La intimidad entre los jóvenes en el transporte público – El Blog Digital 21 marzo 2024, Daniel Díaz Por Daniel Díaz, un mañanero y espejologo del mundo de la conducción urbana madrileña.

Tachados ya los momentos más propicios por cobarde, el adolescente al fin cerró los ojos, se armó de valor y besó a la adolescente por primera vez en el asiento trasero de mi taxi. Giró la cabeza hacia ella y, al ver que ella no giraba la suya dobló su cuerpo hacia sus labios y la besó. Al primer contacto ella se mantuvo quieta, erguida (no lo esperaba o al menos no ahí, en un taxi), pero luego se dejó besar, abriendo un poco la boca, sólo un poco, a la espera tal vez de su lengua, la primera lengua ajena en contacto con la suya.

Rara sensación pero a su vez excitante, como toda novedad mitificada en los corrillos de clase, en las películas, en las series de televisión o en las canciones. Así pues, en el instante del beso, ambos sabían lo que tenían que hacer aun sin haberlo hecho nunca: pegar sus labios y dejarse llevar él por ella y ella por él. Tantear luego el terreno sacando tímidamente la lengua, como sin querer, buscar la opuesta al otro lado de la frontera de sus dientes y que las lenguas se rocen y se ablanden si están tensas y se muevan lentas; que nadie interpreta la urgencia en el otro.

Después es cierto que cuesta saber cuándo dejar de besarse. Ellos dos lo hicieron sin más, quedó algo frío: Separando él su boca de ella y apartando ambos, casi al instante, la mirada. Tampoco hablaron. No sabían qué decir.

Detuve el taxi en el portal de ella, se bajó con un simple y tembloroso “adiós” y luego continué la marcha con él, biopsiando a través del espejo su cara de flipe, imaginando el monólogo de sus pensamientos (“¡Buaa!, ¡la he besado, tío! Muy bien. Te lo has currado. ¿Demasiado brusco? Naa… ha estado bien. Se notaba que ella también quería besarme. Y además: ha abierto la boca y ha movido la lengua, tío. Ufff… cuando se lo cuente al Juanfran… ¡cómo mola! mañana la beso otra vez. Después de clase, al despedirnos. O de camino, en el parque. ¿Se habrá dado cuenta el taxista? ¡qué corte! Yo creo que no. Ha subido el volumen de la radio y todo. Seguro que está a su bola…” )

Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso

Este texto no es copyleft y ha sido reproducido únicamente con permiso del autor.

Foto: Ni libre ni ocupado