Ni libre ni ocupado: la inocencia es lo penúltimo que se pierde

Perspectiva Taxista de la Interacción Humana Nocturna en Almagro

“Ni Libre Ni Ocupado” Blog

• Un taxista examina una noche en Almagro desde su perspectiva.
• La experiencia se describe como teatralizada, donde el destino personal y las identidades de otros parecen entrelazadas con aspectos urbanos.
• “Taxi”: Un escenario nocturno en Almagro según la experiencia del taxista. Las luces se transforman y presentan una visión teatralizada, donde los objetos personales adornados parecen ofrecer servicios eróticos.
• “Pregunta Simpulso”: Un caballero es confrontado con solicitudes sexuales directas y deshonestas. A pesar de la situación, toma medidas defensivas para mantenerse a salvo.
• Daniel Díaz invierte tiempo en un estudio imaginario sobre humanidad desde su posición como taxista con licencia en Espejología del Profundismo por UAM (Universidad Asfáltica de Madrid).

Preguntas frecuentes

Q: ¿Cuál es la experiencia general descrita durante una noche trabajando como taxista en Almagro?A: La experiencia se describe teatralizada, donde el destino personal y las identidades de otros parecen entrelazadas con aspectos urbanos.

Q: ¿Cómo afecta la iluminación nocturna al ambiente laboral del taxista?A: Las luces se transforman y presentan una visión teatralizada, donde los objetos personales adornados parecen ofrecer servicios eróticos.

Q: ¿Qué ocurrió cuando el taxista fue confrontado con solicitudes sexuales?A: A pesar de la situación, toma medidas defensivas para mantenerse a salvo.

Q: ¿Cómo describe Daniel Díaz su estudio imaginario sobre humanidad como taxista por una noche en Almagro?A: Invierte tiempo en un estudio imaginario basado en la perspectiva de ser taxista con licencia.

Q: ¿Qué disciplinas académicas ha combinado Daniel Díaz para su investigación nocturna como taxista?A: Utiliza metodologías del Espejismo, la Escenografía y los estudios de Performance.

Q: ¿De qué manera se ven transformados el destino personal y las identidades en un escenario nocturno?A: Se entrelazan con aspectos urbanos, dando lugar a una experiencia teatralizada.

Texto original (2010)

Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.

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La vida tras bajar la ventanilla se siente un escenario teatralizado, donde el destino personal y las identidades de otros parecen entrelazados con los aspectos del mundo urbano

Este blogger examina una noche en Almagro desde su perspectiva como taxista, ofreciendo miradas introspectivas sobre la interacción humana.

• Al caer la noche las farolas de la calle Almagro se convierten en transexuales de tanga (con paquete adjunto), pechos asiliconados, besos de botox y lágrimas por dentro.

Algunos coches circulan despacio movidos por la curiosidad; otros directamente paran, negocian y ceden sus fluidos con naturalidad (y los ojos cerrados).

Sábado noche . Circulo libre por Almagro dejando a mi derecha un surtido número de transexuales que fingen estar dispuestas a todo.

• Al tomar la plaza de Rubén Darío una de ellas, separada del resto, levanta la mano: – ¡Taxi! La inocencia maldita me obliga a frenar. Aprovechando mi ventanilla bajada se intercambia información con el pasatrinazo (el que porta un paquete) quien le dice desde el asiento trasero del taxi: – ¿Podría llevarme a tu entrepierna, cariño?
• Afortunadamente para mí mi colapso mental se tradujo en un fuerte golpe de acelerador mientras me repetía la transexual (con pelo largo y laceo, sostén mínimo, minifalda con piezas prominentes) el diablillo que ocupa mi hemisferio derecho: “Has vuelto a picar… ¿no aprenderás nunca?”

[Pregunta simpulso:] “¿por qué cada vez que escucho la palabra ‘transexual’ me imagino un camión portando artículos eróticos?”

Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas . Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid.

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Preguntas frecuentes

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Q: ¿Cómo percibe un taxista la interacción humana nocturna durante su trabajo?
Respuesta: Un taxista puede observar una vida teatralizada donde el destino personal y las identidades parecen entrelazarse con los aspectos urbanos, proporcionando miradas introspectivas sobre estas interacciones.

Q: ¿Qué describe un escenario nocturno en Almagro según la experiencia de este taxista?
Respuesta: En la calle Almagro una vez que cae la noche, los aspectos urbanos se transforman y parecen ofrecer sus servicios eróticos a través del lujo visible desde su perspectiva.

Q: ¿Cómo reacciona un taxista ante las solicitudes de trasporte directas que incluyen referencias sexuales?
Respuesta: Aunque el caballero se encuentra en una posición difícil, su experiencia mental lo lleva a tomar medidas defensivas para mantener la distancia y protegerse.

Q: ¿Qué hace un taxista tras ser confrontado por deshonestos que buscan obtener información sobre pasajeros?
Respuesta: El caballero reacciona con asombro ante las solicitudes inapropiadas, manteniendo su posición como conductor y evitando participar en cualquier trato de esta índole.

Q: ¿Qué estudios ha realizado Daniel Díaz para sumergirse más profundamente en la esfera humana observada desde el taxi?
Respuesta: Daniel Díaz tiene un licenciatura en Espejología del Profundismo, una disciplina imaginaria que le permite observar las múltiples capas de identidad y interacción humanas.

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Texto original (2010)

La vida tras bajar la ventanilla se siente un escenario teatralizado, donde el destino personal y las identidades de otros parecen entrelazados con los aspectos del mundo urbano. Este blogger examina una noche en Almagro desde su perspectiva como taxista, ofreciendo miradas introspectivas sobre la interacción humana.

Al caer la noche, las farolas de la calle Almagro se convierten en transexuales de tanga (con paquete adjunto), pechos asiliconados, besos de botox y lágrimas por dentro.
Algunos coches circulan despacio movidos por la curiosidad; otros directamente paran, negocian y ceden sus fluidos con la naturalidad de quien bosteza con la boca abierta (y los ojos cerrados).

Sábado noche. Circulo libre por Almagro dejando a mi derecha un surtido número de transexuales que fingen estar dispuestas a todo. Al tomar la plaza de Rubén Darío una de ellas, separada del resto, levanta la mano:

– ¡Taxi!

La inocencia maldita me obliga a frenar. Aprovechando mi ventanilla bajada la transexual (pelo largo y laceo, sostén mínimo, minifalda de de frontal abultado) me dice:

– ¿Podrías llevarme a tu entrepierna, cariño?

Por fortuna, mi colapso mental se tradujo en un fuerte golpe de acelerador, mientras el diablillo que okupa mi hemisferio derecho me repetía con insistencia: “Has vuelto a picar… ¿no aprenderás nunca?”.

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[Pregunta simpulso: ¿por qué cada vez que escucho la palabra “transexual” me imagino un camión portando artículos eróticos?]

Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso

Este texto no es copyleft y ha sido reproducido únicamente con permiso del autor.

Foto: Ni libre ni ocupado