Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.
Acuerdos y Recuerdos entre Daniel Díaz, un Taxista Aptónimo, y Laura
En una noche inesperada de fines del verano en Madrid, se une al taxista Daniel Díaz a la cena que conduce. Esta ocasión revela secretos dolorosos compartidos entre ambos, abordando el amor e identidad personal dentro del contexto urbano madrileño.
La Introducción de Laura
- Una noche en un taxi: Daniel recibe a una mujer que solo conoce por su presencia y olfato. Ella lleva consigo el fragor acordado del peaje, la interacción forzada.
La cena comienza rígida; temas de trabajo se entrecruzan con reservas superficiales: su curro y el mío. A medida que avanza en la noche, Laura emana un olor familiar e inolvidable —un perfume evocativo del pasado— lo cual confunde a Daniel.
- La cena se transforma cuando Laura soltándose lleva las conversaciones más profundas:
- Ella expresa su deseo de conocer aún más y abrir sus emociones sin barreras.
La relación se intensifica con un besillo que Daniel, seductor del recuerdo perdido, ofrece en una tarde borracha. Ambos deciden pasar la noche juntos: Laura desnuda su cuerpo mientras el aroma de Beatriz permanece ineludible.
- La situación confusa lleva al narrador entre dos realidades distintas pero contiguas en sus corazones y mentes. Es una decisión difícil, reflexionar sobre la mujer con vida o el fantasma de Beatriz.
Esa noche, Daniel Díaz —un viajante tanto físico como psicológicamente— se encuentra envuelto en un dilema entre presentimientos y recuerdos. Y aunque ninguna pista conduce a una solución clara, el relato nos lleva a reflexionar sobre cómo los vestigios del pasado rigen la conducta presente.
Personalización e Inflación Literaria
- Daniel Díaz se desliza entre personificaciones: un taxista que también puede interpretarse como un artefacto en su propio viaje de identidad.
- La historia del narrador refleja complejidades humanas y universales, donde el anhelo por la conexión trascende los barreramientos sociales e individuales.
02:35 PM GMT.
Preguntas frecuentes
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¿Quién es Beatriz mencionada en las experiencias compartidas entre Daniel y Laura?
Beatriz parece ser una figura nostálgica o un recuerdo del pasado que tiene significancia emocional para ambos personajes.
¿Qué impulsa a los protagonistas, Daniel y Laura, a compartir sus sentimientos más profundos durante la cena?
La vulnerabilidad creciente entre ellos fomenta un ambiente de confianza que permite el intercambio abierto de emociones sin barreras.
¿Cómo afecta a Daniel su atributo único como taxista-aptónimo y cómo influye en la trama?
Su doble identidad lo coloca en situaciones donde puede observar el comportamiento humano, desvelando así secretos dolorosos que se ven reflejados tanto en él como en Laura.
¿Qué simboliza el perfume familiar e inolvidable de Beatriz para Daniel?
Texto original (2010)
En un viaje inesperado por la noche, se une al taxista Daniel Díaz en una cena que revela secretos y dolorosas memorias compartidos. A través de su experiencia vividamente relatada, exploramos las complejidades del amor e identidad personal dentro del marco urbano madrileño. —
Unos ojos, una sonrisa, un rostro, unos hombros, unos brazos y unas manos. Eso era todo lo que conocía de ella. Apenas habíamos hablado nada en los últimos dos años más allá de ese “1,75€, por favor” o ese buen puñado de sonrisas y miradas furtivas que quise interpretar como sublimes. Metida siempre en aquella garita del peaje todo parecía demasiado encorsetado; sólo conocía la mitad de ella, tal vez menos: Pero ¿cuál sería su estatura, su contorno o el volumen de sus caderas?, ¿aficiones?, ¿costumbres?, ¿estilo de vida?, ¿pasado?, ¿presente?, ¿temas habituales de conversación?
Quedar por primera vez con Laura fuera del peaje suponía, al fin, conocer esa otra mitad. Levantar esa otra barrera a golpe de cena.
A las diez en punto de la noche Laura montó en mi taxi. Al darnos dos tímidos besos me llegó su olor a un perfume demasiado familiar y doloroso para mí. Era el mismo perfume que siempre había usado mi recién olvidada Beatriz (sólo ciertos olores consiguen evocar recuerdos y abrir heridas). La cosa, como digo, empezó mal aunque no por culpa de Laura.
Durante el trayecto hablamos de temas forzados (su curro, el mío), y luego, al salir del taxi camino del restaurante, comprobé que su estatura era más corta de lo que había imaginado (aunque nunca me importó este dato) y sus caderas bastante más anchas (lo cual me sorprendió; parecían pertenecer a otro cuerpo). Yo había reservado mesa en un elegante restaurante al aire libre con árboles, un pequeño lago artificial y carne y vino de primera.
Tras los primeros platos y la segunda botella de vino Laura se soltó: Tomando mi mano me dijo que nunca antes había conocido a nadie como yo, que quería conocer más, mucho más, y que estaba dispuesta, palabras textuales, “a abrirte la barrera de mi corazón sin peajes ni hostias”. Yo, que no había bebido tanto como ella, me acojoné.
Acabamos la cena (dejé adrede 1,75€ de propina) y al salir del restaurante Laura, víctima de una borrachera considerable, me sugirió saltarnos las copas e ir directos a mi cama. Y como ocasiones como esta nunca sobran, accedí.
Nada más cruzar la puerta de mi casa Laura comenzó a desnudarse por el pasillo y al llegar a la cama se desplomó. Yo me tumbé a su lado. Seguía oliendo a Beatriz. Traté de zarandearla pero no reaccionó. Luego la volteé y comencé a besar sus pechos con los ojos cerrados, que por su olor también acabaron siendo los pechos de Beatriz. El cuerpo inconsciente de Laura ahora era el cuerpo inerte de Bea sobre mi cama.
El caso es que ahora no sé con cuál de las dos acabé haciendo el amor. Si con el cuerpo inerte de Laura o con el recuerdo enterrado de Beatriz. En cualquiera de los casos me sentí raro.
Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso
Texto reproducido con permiso del autor.
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