México es un país que conoce la represión y que, en conjunto, comprende el miedo a las autoridades. Se sabe que en este país del “chingas o te chingo”, la policía siempre ha estado muy lejos de hacer sentir segura a la población. Quizá por eso el hecho de que la Fiscalía de la CDMX esté inventando cargos contra mujeres manifestantes y activistas no es tan sorprendente como el hecho de que esto venga no sólo del gobierno ‘diferente’, sino que viene del mismo que se ha declarado abiertamente -gobierno feminista-.
Parece un chiste de mal gusto, pero no lo es: las carpetas troll
A veces se lee por redes sociales un “denúncialo con la policía cibernética”, aunque en el fondo sabemos que básicamente no son más que un caro adorno. A menos de que se trate de perseguir manifestantes, porque en ese caso podemos encontrar a la Fiscalía de la CDMX totalmente metida en su papel de hackers investigadores online. Estas investigaciones cibernéticas consisten, más o menos, en stalkear a mujeres abiertamente feministas en redes sociales para identificar los memes amenazantes o las funas de secundaria.
Habiendo concluido este paso con éxito, proceden cuidadosamente a tomar capturas de pantalla de cualquier selfie o foto con las amigas -echando chela-. Esto, de alguna forma, prueba 3 delitos de los que nadie las acusa, porque no hay denunciantes en dicha carpeta. Sólo existe para contener esas preciadas capturas de pantalla y perseguir a mujeres que trabajan por las demás: activistas, madres, estudiantes, periodistas, víctimas.
No es broma: la Fiscalía de CDMX “arma” carpetas con publicaciones de Facebook y Twitter para fabricar crímenes fantasma vs feministasEl siguiente paso es, desde luego, buscar a todas las mujeres que quieres acusar. Esto en el caso de un feminicida o abusador es algo que puede tardar meses, aún teniendo su dirección. Por suerte, esta vez las eficientes autoridades tardaron horas para encontrar a las 13 en sus domicilios privados, o a cualquier miembro de su familia para notificarles las imputaciones.
Después comienzan las entrevistas: ¿bebes? ¿fumas? ¿tienes tatuajes? ¿te drogas? Esto es, seguramente, muy importante para saber si una es o no mala feminista. Eso sí, siempre muy amable el personal; casi como si no te estuvieran inventando delitos y una carpeta entera con base en nada más que tu alineación política.
Ahora el último paso: tratar de encarcelar a mujeres manifestantes, por lo que sea, como sea. No importa que solo tengan capturas de pantalla de perfiles de Facebook falsos y anónimos. Eso no tiene mucho peso en un país donde la misma sociedad apoya y alienta la tortura psicológica a esas malvadas, malvadas feministas.
Esta historia está en sus primeras semanas; esperemos que por fin el gobierno aliade pueda ver la luz al final del túnel.