Lo que enseñan las prácticas laborales que no se aprende en el aula

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Aprender a ejercer una profesión u oficio a través de la práctica es el objetivo de los programas de formación profesional dual tales como la FP en España o la EFTP en Latinoamérica. Estos programas facilitan la inserción laboral gracias a que los aprendices acceden a toda una serie de experiencias y conocimientos que no se pueden adquirir en un aula.

Muchos de estos aprendizajes son habilidades necesarias en el ámbito profesional que no tienen que ver exclusivamente con el desarrollo de una tarea determinada, sino con la gestión de emociones: situaciones complicadas con clientes, compañeros o tutores de los centros de trabajo (tales como recibir críticas, expresión verbal y no verbal, automotivación, paciencia y aceptación, entre otras). Este tipo de situaciones son precisamente las que favorecen el desarrollo de los aprendices.

Ventajas para los aprendices

A pesar de que las competencias sociales y de gestión emocional son tan importantes en el mundo laboral como las competencias profesionales, no se suelen trabajar en el aula. Por este motivo, los estudiantes valoran muy positivamente las siguientes oportunidades que les ofrecen las prácticas laborales:

  1. Tener acceso a la experiencia de asumir responsabilidades.

  2. Recibir apoyos y estímulos individuales.

  3. Participar en tareas y departamentos diferentes.

  4. Aspirar a oportunidades reales de inserción laboral en las mismas empresas.

  5. Integrarse en el plan de formación que recibe el resto de la plantilla.

  6. Participar en los seminarios sobre formación inicial y reglamentaria, como los de prevención de riesgos laborales o de manipulación de productos, herramientas y maquinaria.

  7. Empezar a trabajar directamente en la categoría con la que ha desarrollado su estancia formativa.

  8. Contar con facilidades tanto para la promoción vertical (desarrollar funciones de mayor responsabilidad y especialización o ejercer liderazgo) como para la promoción horizontal (relacionada con proyecto vital del aprendiz y la ubicación del centro de trabajo).

Trabajar las habilidades emocionales en el aula

Anticipar qué actitudes o aspectos personales favorecen la inserción, integración o adecuación del alumno al puesto de trabajo resulta valioso tanto para el profesorado como para el alumnado, ya que proporciona unas pautas a las que atenerse.

Estas competencias personales o actitudes son entrenables, maleables y relacionadas entre sí. Además protegen la salud mental: algunos expertos apuntan a la falta de destrezas sociales como uno de los factores de riesgo predominantes en la salud mental de adolescentes y niños.

Por esta razón las capacidades no cognitivas (habilidades sociales, persistencia, motivación y estabilidad emocional) se consideran tan importantes, si no más, que las capacidades cognitivas a la hora de determinar el éxito personal en la vida y, en particular, en la vida laboral.




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Un ejemplo de cómo se pueden aprender estas competencias es a través de los programas de Aprendizaje Social y Emocional (SEL por sus siglas en inglés). El marco SEL, conocido también como la “rueda CASEL” ayuda a cultivar habilidades y entornos que promueven el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes.

Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el coeficiente intelectual

El aprendizaje social y emocional se volvió muy conocido después de que Daniel Goleman publicara este libro en 1995. Uno de sus mensajes más importantes fue que el carácter importa y que las habilidades que construyen el carácter se pueden enseñar.

Entrevista con Daniel Goleman, acuñador del término “inteligencia emocional”, en el ciclo Aprendemos juntos del BBVA.

Conocer qué se espera de los alumnos y qué actitudes necesitan desarrollar definen un segundo nivel de objetivos formativos. Incluso facilita una posible reconducción de su itinerario formativo.




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En un estudio que realicé en 2022 con la participación de alumnos y tutores de FP dual del Instituto de Educación Secundaria “Pérez Galdós” (Islas Canarias, España) y con los tutores de centros de trabajo, determinamos que desarrollar las siguientes actitudes ayuda en el proceso de aprendizaje profesional dual:

  1. La gestión emocional: permite adquirir experiencia a la vez que autoconocimiento, viviendo situaciones fuera de la zona de confort.

  2. La autocrítica y el análisis imparcial: facilita estar centrado en las tareas propias del desempeño y puede enseñar a desconectar en periodos de descanso.

  3. El buen hacer: entender lo que se espera de los aprendices.

  4. El tomar conciencia del estatus de subordinado: permitirá aceptar tanto las tareas o situaciones encomendadas que les resultan tediosas o monótonas como la estructura empresarial.

  5. El saber estar como manifestación de respeto.

  6. La preocupación por el aspecto, la comunicación verbal y no verbal y el trato agradable hacia desconocidos.

  7. El trabajo colaborativo como sentimiento de pertenencia a un colectivo, la participación en objetivos comunes y la superación del individualismo. Está unido a la identificación y alineación de los objetivos del empleado con los de la empresa, haciendo propios los éxitos y fracasos.

  8. Las competencias en comunicación son esenciales a la hora de obtener la necesaria y constante retroalimentación por parte del tutor de empresa y de los tutores docentes (la timidez en el aula puede convertirse en la antesala de dificultades de comunicación en el centro de trabajo).

  9. La puntualidad, percibida como indicador del nivel de responsabilidad y organización, siendo una de las actitudes que primero se manifiesta.

Sacar más partido a la formación dual

Desde el punto de vista de los aprendices, las dos cuestiones más valoradas de la formación profesional dual son:

  1. La retribución económica y la integración del aprendiz en el plan de formación, asimilada como recompensa y reconocimiento de que su rol es respetado y valorado.

  2. La revisión del itinerario formativo que permite la experiencia, ya que se favorece la reflexión acerca de si el sector del mercado laboral para el que se está preparando es acorde con sus expectativas y personalidad. Al igual que si su itinerario debe continuar hacia ciclos superiores y estudios universitarios una vez finalizados los ciclos profesionales.

Complementar estos importantes aprendizajes con un entrenamiento emocional y social estructurado en las aulas puede convertirse en una estrategia ganadora para que la modalidad dual de la FP y de la EFTP ofrezcan a los aprendices óptimas probabilidades de inserción laboral.

Jorge Guerrero Arroyo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Jorge Guerrero Arroyo, Doctorando. Profesor asociado de Economía y Dirección de Empresas, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

El jugo de tomate puede matar bacterias que nos hacen enfermar

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Las bacterias transmitidas por los alimentos y sus toxinas han causado, y todavía causan, graves problemas sanitarios. Especialmente Clostridium, Escherichia, Listeria, Salmonella, Shigella y Vibrio.

El empleo de especias como el ajo, el orégano o la pimienta de Jamaica con efectos antimicrobianos y antifúngicos ha sido una de las razones del éxito evolutivo de los humanos. Pero, ¿y si un vegetal tan habitual en nuestros platos como el tomate pudiera también destruir microorganismos? Un nuevo estudio apunta en esa dirección.

El segundo cultivo hortícola en importancia tras la patata

Los tomates (Solanum lycopersicum) son unos de los vegetales más consumidos en el mundo. La producción mundial de tomate en fresco en 2021 ascendió a algo más de 189,1 millones de toneladas, lo que lo convierte en el segundo cultivo hortícola más importante después de la patata.

Mientras que sus propiedades nutritivas y beneficiosas para la salud debido a sus moléculas bioactivas (licopeno, polifenoles y vitaminas, entre otras) se han estudiado ampliamente y se han relacionado con una amplia gama de ventajas para la salud, la información sobre sus propiedades antimicrobianas era muy escasa.

Según el informe de 2021 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Asia es el principal productor mundial de tomates, representando el 64,8 % de la producción total mundial de tomate. Europa, África, América del Norte y América del Sur representan el 13,3 %, 11,6 %, 5,98 % y 3,9 5% de la producción total de tomate, respectivamente.
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Ahora, en una investigación recién publicada en Microbiology Spectrum, científicos de la Universidad de Cornell han demostrado que el jugo de tomate puede matar a Salmonella Typhi y otras bacterias que dañan el tracto digestivo y urinario humanos.

Más de veinte millones de casos de fiebre tifoidea al año

La fiebre tifoidea, una enfermedad infecciosa de transmisión fecal-oral potencialmente letal que cada año afecta a millones de personas, es causada por la bacteria Salmonella enterica, serovariante Typhi (Salmonella Typhi, en adelante). Esta bacteria solo vive en la sangre y el aparato digestivo de los humanos. Se trata de la causa principal de la mortalidad provocada por infecciones por patógenos entéricos. Cada año se registran 21 millones de casos de fiebre tifoidea, que causan 200 000 muertes en todo el mundo.

La fiebre tifoidea se puede tratar con antibióticos, aunque el aumento de la resistencia a los mismos hace que resulte cada vez más complicado. Por otro lado, y a pesar de la disponibilidad de vacunas contra la fiebre tifoidea, numerosos países en desarrollo continúan enfrentándose a obstáculos insalvables para acceder a ellas.

La investigación sobre el papel del tomate se llevó a cabo en varias fases. En primer lugar, los investigadores demostraron mediante experimentos de laboratorio que el jugo de tomate realmente tiene propiedades antibacterianas. Una vez comprobada su eficacia, analizaron informáticamente el genoma del tomate para encontrar los péptidos antimicrobianos (AMP) responsables del proceso. Así fue como identificaron dos AMP potentes capaces de destruir bacterias.

Ataque directo a la membrana

Los péptidos antimicrobianos son proteínas de origen natural que tienen propiedades antibióticas. Se trata de componentes de la respuesta inmune innata conservados en los distintos procesos evolutivos y que desempeñan un papel crucial a la hora de combatir infecciones producidas por bacterias, hongos y virus.

Su rápida actividad antimicrobiana obedece a que atacan directamente la bicapa lipídica de la membrana celular de los microbios, formando poros que, en última instancia, conducen a la permeabilización de la membrana y la posterior muerte bacteriana. Además de sus propiedades antimicrobianas directas, los AMP tienen la capacidad de modular las respuestas inmunitarias y de estimular la liberación de citocinas y quimiocinas, las proteínas que tienen efectos estimulantes o depresores de la respuesta inmunitaria y se usan para ayudar al cuerpo a combatir el cáncer, las infecciones y otras enfermedades.

Una vez identificados estos dos AMP, el equipo realizó más pruebas sobre diferentes variantes de la bacteria que aparecen en lugares del mundo donde la enfermedad es común.

Finalmente, probaron la eficacia del jugo de tomate contra otros patógenos entéricos que pueden dañar el tracto digestivo y urinario. Como resultado encontraron respuestas positivas de ambos péptidos antimicrobianos frente a Salmonella Typhi, a la salmonella no tifoidea (Salmonella Typhimurium) y a cepas de Escherichia coli que causan infecciones de las vías urinarias, como cistitis.

En resumen, este estudio ofrece información valiosa sobre la utilización potencial de los tomates como una fuente natural de alimento antimicrobiano para la promoción de la salud pública. Dada la amplia distribución de sus cultivos en condiciones climáticas muy distintas, los tomates poseen un potencial considerable para pararle los pies a bacterias patógenas.

Manuel Peinado Lorca es miembro del Grupo Federal de Biodiversidad del PSOE.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Manuel Peinado Lorca, Catedrático emérito. Director del Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá, Universidad de Alcalá

El papel de la ganadería en un mundo cálido y hambriento

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La actividad agropecuaria y los cambios de uso del suelo relacionados con ella son responsables de un 18 % del total global de emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, el cambio de dieta hacia aquellas basadas íntegramente en alimentos de origen vegetal (cereales, tubérculos, verduras, frutos…) se viene defendiendo como una de las medidas estrella para combatir el cambio climático.

Uno de sus principales argumentos pone el foco en las emisiones de metano ocasionadas por la ganadería, que además ocupa grandes extensiones de terreno y exige la dedicación de extensas áreas agrícolas para la producción de pienso para la alimentación animal.

A todo esto se suma el alto consumo de agua relacionado, así como los problemas de salud vinculados al exceso de consumo de carne.

Un 10 % de la población está hambrienta

Sin negar estos efectos, abordar una cuestión tan compleja requiere partir de un análisis objetivo y con perspectiva de la realidad. Alimentar a una población actual de 8 000 millones de seres humanos constituye todo un reto.

Cabe recordar que la superficie mundial destinada a producción agropecuaria se ha mantenido estable en 3 200 millones de hectáreas (25 % de la superficie de la Tierra) desde 1990, cuando éramos 5 300 millones. De hecho, tanto en Europa como en Norteamérica y Asia la superficie agrícola ha decrecido considerablemente en los últimos decenios, siendo a la vez en el caso europeo y norteamericano autosuficientes y exportadores netos de alimentos gracias a la intensificación agrícola.

Pese a múltiples esfuerzos en la lucha contra la pobreza y el hambre, todavía hoy afecta a un 9,2 % de la humanidad, aunque haya bajado sensiblemente en las últimas décadas tanto en términos relativos como absolutos.

El análisis de este problema debe ser hoy mucho más cualitativo que en el pasado y atender no solo a cuánta comida se consume sino también a las principales carencias nutricionales.

Por otro lado, se observan crecientes problemas de obesidad debido a una alimentación poco diversificada y formas de vida poco saludables (vida sedentaria, contaminación…). De hecho, para la OMS la primera preocupación de salud pública en la actualidad son, precisamente, las enfermedades consecuencia de ese círculo vicioso de alimentación y formas de vida insanas.

Consideraciones sobre la agricultura y la ganadería

Parte de las críticas a la ganadería se sustentan en visiones muy simplificadas y desconocedoras de las actividades agrarias, la sociología rural y sus interacciones. Seguidamente se enumeran algunas consideraciones sobre ellas:

  • Una buena parte de la crítica a la ganadería se basa en la huella ecológica. Aunque se trata de un indicador con considerable potencial de comunicación, no se debe usar indiscriminadamente sin diferenciar entre recursos finitos (minerales, fósiles), de circuito cerrado (agua) o renovables (alimentos, productos forestales). Entre otras cosas porque en el primer caso ni siquiera es aplicable.

  • Uno de los cultivos más directamente relacionados con la deforestación es la soja, cuya alta demanda procede de su empleo como sucedáneo de productos lácteos y carne.

  • Es necesario diferenciar entre ganadería intensiva y extensiva, ya que sus efectos externos son radicalmente diferentes.

  • Existen culturas que abusan de ciertas carnes con exceso de grasa, y en las que una dieta más equilibrada con más pescado, marisco e insectos sería indudablemente recomendable. Los insectos permiten producir considerables volúmenes de proteína animal a bajo coste y mínimo impacto.

  • Si bien la capacidad de extracción sostenible de pescado y marisco de los mares está cercana a su límite, la acuicultura puede reforzarla tanto en zonas costeras como en aguas interiores, haciendo mucho más asequible esta excelente proteína animal a zonas alejadas de los mares.

  • La ganadería extensiva valoriza los terrenos de peor calidad y clima, mientras que la producción hortofrutícola requiere los mejores terrenos y climas más suaves. Por eso, pretender generalizar en todo el mundo una alimentación basada exclusivamente en alimentos de origen vegetal comportaría altísimos costes de transporte, en muchos casos aéreos –pensemos en territorios como Mongolia o Siberia–, y su correspondiente impacto climático e innecesario riesgo de seguridad alimentaria.

  • La ganadería extensiva adecuadamente gestionada puede ser clave para mantener sistemas de bosques secos abiertos, reduciendo el riesgo de grandes incendios y produciendo carne con mínimas emisiones al no requerir (casi) pienso.

  • El mantenimiento de los paisajes culturales abiertos o adehesados que nos asegura la actividad ganadera solo es posible si esta se mantiene. Estos paisajes, sean dehesas o prados alpinos, se caracterizan por una rica biodiversidad que se perdería inexorablemente con la desaparición de la ganadería extensiva tanto de razas autóctonas como de especies silvestres vinculadas a estos usos seculares.




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Está en nuestras manos llevar una dieta sostenible

En la historia del género humano, ser cazadores y, posteriormente, usar el fuego para cocinar y consumir carne fueron pasos claves para la evolución de nuestro cuerpo y nuestra capacidad intelectual. La ausencia de proteína animal hace difícil alcanzar los requerimientos de proteína y otros nutrientes esenciales de los humanos, especialmente en fases de crecimiento.

Por otro lado, la agricultura y la ganadería han modulado nuestros territorios durante milenios y, a la vez que nos alimentaban, han forjado nuestra cultura. Suponen, además de un pilar de la economía, uno de los principales componentes de seguridad y el principal sustento económico y laboral del mundo rural para muchos países.

Cualquier propuesta que pretenda contribuir de forma constructiva a una dieta sostenible deberá incorporar todas las complejas dimensiones de la ecuación.

También debemos recordar que, pese a avances importantes, perdemos el 10 % de los alimentos disponibles en la UE debido al desperdicio, por lo que seguir reduciendo ese importante volumen resulta clave.




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En todo caso, está en las manos de los ciudadanos no solo mejorar su salud, calidad de vida y economía, sino también aprovechar el poder de compra para reducir los impactos negativos y reforzar las sinergias. Por ejemplo, adquiriendo productos alimenticios de proximidad, de la estación y sin procesar, prefiriendo siempre al pequeño productor y comercio. Pero también consumiendo pescado y marisco de pesca, productos cárnicos y lácteos de ganadería extensiva o carne de caza, así como escogiendo una dieta equilibrada y variada, destinando más tiempo a su adquisición y cocinado.

Este enfoque aportará un reencuentro con el territorio mucho más gratificante que las estanterías de una gran superficie, además de la base para un turismo mucho menos intrusivo, desconcentrado y desestacionalizado.

Eduardo Rojas Briales no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Eduardo Rojas Briales, Profesor permanente laboral; ciencia e ingeniería forestal (selvicultura, repoblaciones, infraestructuras verdes, gobernanza, cooperación, recursos forestales globales, incendios, Universitat Politècnica de València

El brillante personaje de ‘La Zona de Interés’ de Martin Amis que no aparece en la película

El estreno de la película La zona de interés, de Jonathan Glazer, ha conseguido atraer atención sobre el material de origen del filme: la novela homónima de Martin Amis. Escrita en 2017, La Zona de Interés hace que Amis retome el tema del Holocausto después de La flecha del tiempo (1991) con un libro ambientado en Auschwitz entre agosto de 1942 y abril de 1943.

Para Amis era transcendental volver a escribir sobre las atrocidades cometidas por los nazis, porque estaba convencido de que, aunque los testimonios de los supervivientes perdurarán en los textos escritos y reportajes gráficos, el impacto del Holocausto cambiaría con la desaparición física de las víctimas.

En La Zona de Interés, Amis da por primera vez voz a una víctima del Holocausto, Szmul, el jefe del Sonderkommando, una unidad de trabajo formada por judíos obligados a colaborar con los nazis en la labor de exterminio de su pueblo.

Ellos se encargaban de recibir a los prisioneros cuando llegaban al campo e indicarles que debían ducharse antes de que se les asignara un trabajo y volvieran a reunirse con sus familiares. Una vez que la SS los gaseaba, los Sonders entraban en las cámaras para trasladar los cuerpos a los hornos crematorios. Asimismo, tenían que extraer los dientes de oro y buscar cualquier objeto oculto en los cuerpos. A cambio de ello, tenían unas condiciones de vida un tanto mejores que las de los demás prisioneros. Si se negaban a cumplir con sus obligaciones eran ejecutados.

La pérdida del alma

El libro tiene tres narradores: el grotesco Paul Doll, comandante del campo –y protagonista de la muy libre adaptación cinematográfica bajo el nombre real del personaje, Rudolf Höss–; Angelus Thomsen, un seductor nato, sobrino del político nazi Martin Bormann, y Szmul. A pesar de que este último no aparezca en la película, su personaje es una de las más brillantes creaciones del novelista que le dio vida.

Portada del libro de Martin Amis La Zona de Interés.
Anagrama

Amis ha reconocido que es difícil escribir sobre una víctima y por eso el relato de Szmul es el más breve en la novela. El escritor estaba especialmente interesado en explorar una realidad reiteradamente defendida por los supervivientes: uno no sabe realmente quién es, tanto para bien como para mal, hasta que se encuentra en circunstancias extremas. En la novela Szmul cuenta la historia de un rey que encargó a su mago preferido que creara un espejo mágico que mostrara no su reflejo, sino su alma. Para Szmul ese espejo del que no se puede apartar la mirada es Auschwitz.

En este sentido, es interesante resaltar cómo los otros dos narradores de la novela, Thomsen y Doll, llegan a la misma conclusión: el alma se desnuda cuando se llega a un lugar como Auschwitz.

Sobrevivir

Los supervivientes también insisten en el hecho que no se puede juzgar a los que colaboraron con los nazis. ¿Quién es capaz de señalar a aquellos que tras meses en un gueto, atormentados por el hambre y las humillaciones, presenciando la muerte de los seres queridos, son enviados a un campo de concentración en el que su supervivencia depende de acatar las ordenes que se le dan?

En este sentido, uno de los grandes logros de Amis en la novela es que demuestra que los Sonders eran víctimas y no verdugos, ya que verse forzado a participar en la muerte de los suyos es el tipo de victimización más perversa. Esta degradación total del ser humano lleva a la destrucción mental, física y espiritual del individuo. Szmul lo admite cuando afirma que los Sonders, al igual que sus verdugos, han sufrido la Seelenmord, la muerte del alma.

En la novela, Amis imagina y recrea de modo admirable cómo debían sentirse los Sonders al verse obligados a colaborar con los perpetradores. Szmul sabe que no tiene el consuelo de la inocencia, pero aún así se declara “no culpable”. Reconoce que es infinitamente repugnante, pero también se siente inmensamente afligido.

Hannah, la mujer de Doll, que posee la sensibilidad y empatía de la que carece su marido, afirma que nunca ha visto una cara tan triste. A él le asombra que los ojos de la víctima estén muertos. Pero, como dice el propio Szmul, “los ojos son las ventanas del alma, y cuando el alma desaparece, los ojos también se quedan vacíos”. Amis retrata con gran acierto el dolor que le causa al personaje cumplir con sus obligaciones, especialmente cuando llega al campo alguien conocido, como el amigo de sus hijos ya fallecidos, y tiene que mentirle sobre su futuro.

La recuperación del alma

El mismo Szmul admite que nunca se acostumbra al horror y las humillaciones, pero intenta mantener la dignidad y darle sentido a su vida. Tiene tres razones para vivir: dar testimonio de lo que ha visto –una práctica habitual entre quienes sufrieron el mismo destino–, vengarse moralmente y salvar una vida cada vez que llega un tren. Los Sonders lograban cumplir este objetivo susurrándole a los jóvenes que dijeran al llegar que tenían 18 años y un oficio. Era la única manera de que se libraran de la cámara de gas.

Al final de la novela, Doll, el comandante del campo, ordena al Sonder que asesine a su mujer, Hannah. Pero, en un acto de generosidad, Szmul se niega a matarla porque es la única persona que ha sido amable con él en Auschwitz. Szmul sacrifica su propia vida para salvar otra. Demuestra así que ante circunstancias extremas el ser humano es capaz de lo peor y también de lo mejor. Pocos segundos antes de enfrentarse a su destino, es capaz de mirar a los ojos a Hannah. De ese modo, Amis le devuelve el alma que había perdido.

En sus últimas confesiones, Szmul afirma que el hecho de que en algún momento el diario que ha escondido debajo del arbusto de grosella sea descubierto le da esperanza, porque ello significará que una parte de él seguirá viva. Y esto es precisamente lo que hace Amis en la novela: dar voz a las víctimas para que no olvidemos las atrocidades cometidas por las nazis.

Aída Díaz Bild no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Aída Díaz Bild, Catedrática de Literatura Inglesa, Universidad de La Laguna

El cine lleva décadas intentando narrar el Holocausto

Fotograma de _La lista de Schindler_, de Steven Spielberg. FilmAffinity

El 27 de enero de 1945 el Ejército rojo irrumpía en el campo principal del complejo de Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio nazi, la esencia del horror totalitario. Cerca de 1 300 000 seres humanos murieron en sus instalaciones.

En 1947 se constituyó en museo. Y en 1979, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad por su crucial simbolismo del Holocausto. En la actualidad, continúa siendo un lugar de memoria tan reconocido como significativo, casi de visita obligatoria para entender aquellos hechos. Ahora, entre la guerra en el Donbás y los sucesos que han golpeado tan duramente Oriente Medio, da la sensación de que su recuerdo ha quedado un tanto desdibujado. Pero de sus cenizas surgió el derecho internacional humanitario y la convicción de que nada así podría repetirse.

El siglo XXI se ha convertido en el siglo de la memoria y significación de las víctimas, para que ciertos hitos históricos singulares como éste sean una fuente perpetua de aprendizaje. Auschwitz fue el punto más elevado de la crueldad y el sadismo humanos –contra los judíos principalmente, pero también contra otros muchos colectivos–, pero no deja de impartir tremendas lecciones de humanidad, solidaridad, resiliencia y compromiso, frente al antisemitismo y el racismo.

De este modo, el reciente estreno de la exitosa y aclamada película La zona de interés, sobre la mirada de los victimarios, invita a llevar un breve repaso sobre una extensa y valiosa filmografía al respecto.

Todos los matices

El trayecto abarca documentales de enorme tristeza como Shoah, A pesar de Treblinka, Gueto y À pas aveugles, pero también visiones tiernas y divertidas, en una temática difícil de abordar que intenta hacernos valorar la increíble entereza del espíritu humano a pesar de las brutales condiciones a las que puede ser sometido.

Filmes como la oscarizada La vida es bella, la encomiable El tren de la vida e incluso la fallida Ilusiones de un mentiroso son un reflejo de cómo el cine puede atreverse, desde la comedia y sin frivolizar, a ofrecer un punto de vista nuevo y muy humano de ese trágico pasado.

Fotograma de la película La vida es bella, de Roberto Benigni.
FilmAffinity

Sin embargo, lo que implicó el horror del nazismo con toda su desnudez criminal queda recogido en toda una suerte de duras y terribles recreaciones de Auschwitz. Como la fría y desgarradora brutalidad que se contempla en La zona gris, El hijo de Saúl y El informe Auschwitz. La última está basada en la suerte real de dos prisioneros eslovacos que huyeron del campo para dejar constancia de su testimonio y el infame tratamiento a los prisioneros.

Casos extraordinarios, como el que retrata la oscarizada La lista de Schindler –en la que un empresario alemán salva la vida a miles de judíos–, permiten observar que la decencia se puede elegir. Otros, como El profesor de persa, El campeón de Auschwitz y El superviviente de Auschwitz, desvelan que el ingenio, la resiliencia y la casualidad fundamentaron la tabla de salvación de tantos y tantos prisioneros.

Relatos de infancias

Centrándose en el exterminio desde el punto de vista infantil, destacan Sin destino, inspirada en la obra autobiográfica del Premio Nobel de Literatura Imre Kertész; y El niño con el pijama de rayas, adaptación de la exitosa novela homónima de John Boyne. Igualmente, los efectos que la violencia y las políticas antisemitas tienen en un grupo de niños se tratan en Hijos de un mismo Dios.

Como no podía ser menos, la figura de Ana Frank sigue siendo un punto de referencia obligado en este tema. Su historia se retrata tanto en la clásica El diario de Ana Frank como en la original Dónde está Anne Frank, un filme animado que revela el inmenso legado emocional y humano del personaje real, pasando por las producciones televisivas La historia de Ana Frank y El diario de Ana Frank.

Las grandes decisiones

Al centrarnos en las altas instancias, podemos destacar filmes controvertidos como Amén, que aborda el papel del papa Pio XII, conocedor de los hechos, durante el exterminio, aunque la historia busca centrarse más en la figura del verídico oficial de las SS Kurt Gerstein, experto químico, que dio a conocer el exterminio judío.

Producciones como el telefilme La solución final y la más reciente La conferencia reconstruyen el momento en el que la alta jerarquía nazi, con Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann a la cabeza, concibió en la conferencia de Wannsee la línea general para el exterminio judío.

El cine también ha abordado las consecuencias legales del horror. La producción alemana El caso Fritz Bauer se centra en la figura del fiscal alemán que procesó, en los años 50, a nazis de menor rango implicados en el exterminio –los 1 200 guardianes de Auschwitz habían rehecho sus vidas hasta que 750 de ellos fueron, finalmente, juzgados–. La también teutona La conspiración del silencio sigue la misma línea.

Una tragedia continental

En términos generales, filmografías de diferentes nacionalidades han abordado el tema, ya que fue un hecho histórico que afectó a prácticamente a toda Europa. Así se puede ver en filmes como el ruso Sobibor, el croata Dara iz Jasenovac y el español El fotógrafo de Mauthausen.

Fotograma de El fotógrafo de Mauthausen, de Mar Targarona.
FilmAffinity

Las infames políticas en Hungría, en 1944, quedarían recogidas en El cónsul Perlasca y Al lado del enemigo.

A esto habría que añadir la persecución de los judíos franceses o refugiados por parte de las autoridades colaboracionistas de Vichy, como retratan Monsieur Batignole, La llave de Sarah, La redada y Korkoro, cuyo protagonista es gitano –colectivo que también padeció una persecución implacable–.

Como punto y final, se debe mencionar la película británica Negación. Se inspira en la demanda por difamación que tuvo lugar en Londres, a instancias del publicista David Irving, negacionista del Holocausto, contra la historiadora Deborah Lipstadt. El proceso tuvo una inmensa repercusión porque la legislación inglesa sobre el libelo exige que la carga de la prueba recaiga sobre el acusado (Lipstadt, en este caso) en lugar de sobre el demandante (Irving). Es decir, ella tenía que probar la existencia de la Shoah. Finalmente, la justicia, como cabía esperar, dio la razón a Lipstadt.

Volver, por lo tanto, a Auschwitz es retornar a la inhumanidad que habita en el ser humano pero también a la esperanza y la dignidad del superviviente.

Igor Barrenechea Marañón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Igor Barrenechea Marañón, Profesor y Doctor en Historia Contemporánea, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Descendientes de supervivientes del Holocausto explican por qué reproducen los tatuajes de Auschwitz en sus propios cuerpos

Orly Weintraub Gilad con el número de Auschwitz de su abuelo, A-12599, tatuado en el brazo. John Jeffay para The Conversation

Rony Cohen no recuerda en qué momento concreto fue consciente por primera vez del número que su abuela tenía tatuado en el brazo. Simplemente, siempre estuvo ahí.

Cohen asegura que, aunque nació bastante después del Holocausto, en cierto modo sintió como si ella misma lo hubiera vivido. Aparecía en sus sueños. Impregnaba la vida familiar, al igual que la prohibición autoimpuesta de hablar del pasado y de la ausencia de parientes, o la huella del hambre. En su familia, la comida jamás se desperdiciaba: su abuelo se acababa hasta la última miga de cada plato.

El impacto que el Holocausto ha tenido a través de las generaciones es profundo. Cohen forma parte de un pequeño pero creciente número de hijos y nietos de supervivientes del Holocausto que han reproducido el tatuaje del campo de exterminio de Auschwitz en su propio cuerpo.

Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis, era el único campo en el que a los reclusos no seleccionados para la muerte inmediata se les tatuaba un número en la piel. Dado que ese número sustituía al nombre de la persona, deshumanizándola en cierto modo, se ha convertido en el símbolo visual de los crímenes de los nazis.

Para Cohen, tatuarse ese número implica grabar en su piel la historia de su abuela y su propia identidad como descendiente de supervivientes del Holocausto. Dice:

“El número es mi abuela. Es mi pasado, mis raíces, mi historia. Es lo que soy.”

Un gesto potente

Mi investigación ahonda en las historias de aquellos descendientes que, como Cohen, han decidido replicar el tatuaje de un padre o un abuelo en su propio cuerpo. De las 16 personas con las que he hablado, 13 son de Israel y tres de Estados Unidos.

A medida que disminuye el número de supervivientes de los campos de concentración nazis y el Holocausto desaparece de la memoria viva, replicar un tatuaje de Auschwitz se convierte en un gesto cada vez más potente de conmemoración encarnada y, sobre todo, de vínculos familiares y amor.

Las personas con las que he hablado han relatado complejos y variados procesos de toma de decisiones detrás de este potente gesto. Algunos esperaron a que muriera el padre o el abuelo superviviente. Los hubo que se tatuaron sin pedir permiso. Otros hablaron de ello con su familiar, de antemano.

Orly Weintraub Gilad con una fotografía de sus abuelos maternos.
John Jeffay para The Conversation

Tatuajes en Auschwitz

Los tatuajes de números de serie con símbolos, formas o letras se introdujeron por primera vez para los prisioneros del complejo del campo de concentración de Auschwitz en octubre de 1941, donde se tatuó a más de 400 000 personas. Las excepciones eran alemanes étnicos, austriacos, prisioneros de la policía y prisioneros polacos deportados de Varsovia durante el levantamiento de 1944, además de prisioneros judíos retenidos durante un breve periodo de tiempo a la espera de ser trasladados a otros campos.

Antes de los tatuajes, los números de identificación se cosían a los uniformes de los internos. Los prisioneros de guerra soviéticos fueron el primer grupo en tatuarse después de que empezara a morir un gran número de ellos y los demás prisioneros se quedaran con la ropa de los fallecidos, lo que hacía imposible llevar un registro exacto.

Al principio, los tatuajes se colocaban en el lado izquierdo del pecho de cada prisionero. Quienes los hacían utilizaban un sello metálico con placas intercambiables provistas de agujas que formaban números y luego frotaban tinta azul en los orificios sangrantes. Esta técnica permitía a guardias y prisioneros tatuar el número en el cuerpo de un preso en un solo movimiento.

En la primavera de 1942, todos los prisioneros judíos seleccionados para realizar trabajos forzados en lugar de la muerte inmediata eran tatuados. En lugar de la placa metálica, los tatuadores empezaron a utilizar una sola aguja para perforar a mano el número en la piel del prisionero y luego frotaban la tinta.

Los números se tatuaban en el antebrazo izquierdo de los presos. A veces también se utilizaban formas y letras para diferenciar grupos de prisioneros. Algunos judíos llevaban tatuado un triángulo bajo su número. A los romaníes y sinti se les añadía la letra Z a su número, la primera letra de la palabra alemana (peyorativa) Zigeuner, utilizada en aquella época para referirse a estas comunidades.

Con la llegada cada vez más numerosa de judíos húngaros, en mayo de 1944 se introdujeron nuevas secuencias de dígitos. Comenzaban con el número 1 precedido por la letra A; después, cuando se necesitaban más, de la B.

Lo que parece indiscutible es que esta práctica era deshumanizadora. Como dice el escritor italiano y superviviente del Holocausto, Primo Levi, en su libro de 1986, Los ahogados y los salvados:

Su significado simbólico estaba claro para todos: ésta es una marca indeleble, nunca saldrás de aquí; éste es el sello con el que se marca a los esclavos y se envía al ganado al matadero, y eso es en lo que te has convertido. Ya no tenéis nombre: éste es vuestro nuevo nombre.

Experimentos con gemelos

El número de Auschwitz ha marcado a aquellos que sobrevivieron haciéndolos siempre reconocibles para los demás. Es este reconocimiento lo que le importó tanto a Rony Cohen al hacerse su propio tatuaje:

Estaba orgullosa de llevarme a mi abuela conmigo. Llevarme su infancia, que echara de menos a sus padres… esos momentos están en este número. Cuando alguien lo ve, sabe que esto es Auschwitz. Quiero que se note y se entienda. Que nadie dude de lo que es.

La abuela y el tío abuelo de Cohen pertenecían a la cohorte de hermanos que se ha dado en llamar “gemelos Mengele”. El nombre se refiere al médico nazi Josef Mengele, quien se interesó por la genética racial. Primero experimentó con gemelos romaníes en lo que se conocía como el “campo gitano” de Auschwitz-Birkenau. Después le tocó el turno con prisioneros judíos que escogió del campo-ghetto de Theresienstadt, en Terezín, en el Protectorado de Bohemia y Moravia.

A partir de mayo de 1944, los sujetos para los experimentos de Mengele también fueron escogidos de las rampas de descarga de Auschwitz. Cohen recordó la historia que le había contado su abuela, sobre cómo llegó a Auschwitz con su hermano gemelo, de ocho años, y su madre y sus tías y todos los demás niños de la familia:

Vieron el humo del crematorio. La familia iba caminando y alguien decía: “Gemelos, gemelos, gemelos, ¿dónde están los gemelos?”.

En lugar de esconderlos, su madre dijo a sus tías: “Vamos a darles los gemelos”. Sus tías pensaron que estaba loca por sugerir eso, pero su madre pensó que estaba salvando a sus hijos. “Ahora voy a salvaros la vida”, les dijo a sus hijos. “Dadle un abrazo a mamá y os vais ya”. Este fue el último momento que la abuela de Cohen pudo recordar con su madre.

Tras pasar la selección y ser tatuados a la fuerza, los gemelos recibían a veces alimentos adicionales que les ayudaban a mantenerse con vida. Relatos de primera mano describen cómo Mengele daba chocolate a sus víctimas antes de llevar a cabo los experimentos más horribles. Cosía las venas de los gemelos, inyectaba sustancias químicas en testículos y espinas dorsales e introducía grandes agujas en los cráneos.

Cómo ha cambiado la conmemoración del Holocausto

El tatuaje del número de Auschwitz no siempre fue venerado. Tras la Segunda Guerra Mundial, los supervivientes fueron a menudo estigmatizados. Las conmemoraciones públicas celebraban la resistencia y los levantamientos. Las víctimas y los supervivientes, por el contrario, eran retratados como débiles.

Esa estigmatización temprana seguiría a algunos supervivientes durante toda su vida, incluso cuando la percepción pública empezó a cambiar. A algunos, como al tío abuelo de Cohen, les quitaron el número. Otros lo cubrieron con mangas largas.

Desde principios de la década de 1960, como muestra la historiadora francesa Annette Wieviorka en La era del testigo (2006), las actitudes empezaron a cambiar, en parte debido a los testimonios escuchados durante el juicio de Adolf Eichmann en 1961-62. La autora Hannah Arendt informó desde el tribunal de distrito de Jerusalén para la revista New Yorker, dando así a las voces de los supervivientes una plataforma mundial. El trauma que surgió del juicio de Eichmann replanteó la supervivencia como algo heroico.

Adolf Eichmann es condenado a muerte en Jerusalén el 15 de diciembre de 1961.
Wikimedia

En 1967, Israel respondió a las amenazas de Egipto y otros países vecinos con una ofensiva que le permitió expandirse y ocupar la península del Sinaí, la franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán. Más allá, el conflicto –conocido como la Guerra de los seis días– creó una afinidad entre las comunidades judías de Estados Unidos e Israel. Muchos judíos estadounidenses empezaron a abrazar sus raíces europeas y a apoyar el sionismo.

El libro de Wieviorka destaca la tercera (y actual) fase de la conmemoración del Holocausto, lo que ella denomina la “era de los testigos”, que surgió en la década de 1970. La gente empezó a recopilar testimonios de supervivientes, fotografías y documentación. A través de visitas a Polonia, a los campos y a los guetos, las familias empezaron a contar sus historias.

Para algunos, la visita a Polonia desencadenó la idea de reproducir el número de Auschwitz en su propio cuerpo. En el verano de 2022, hablé con Zeev Forkosh. Ahora, a sus 38 años, tiene varios tatuajes, pero la idea del primero surgió después de ir a Auschwitz.

Cuando el Holocausto desaparece de la memoria viva

Museos y monumentos conmemorativos de todo el mundo se dedican a contar la historia del Holocausto. Desde 2006, el 27 de enero de cada año se celebra el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.

Pero a pesar de la proliferación de arte y cultura relacionados con el Holocausto, a pesar de los libros que exponen los hechos, las investigaciones muestran que muchas personas ignoran lo que ocurrió. En 2021, la encuesta Global Holocaust Awareness descubrió grandes lagunas en los conocimientos de la gente.

En el Reino Unido, el 52 % de los encuestados no podía especificar que seis millones de judíos habían sido asesinados, cifra que ascendía al 56 % en Austria y al 57 % en Francia. De los adultos encuestados en EE.UU. y Canadá, el 45 % y el 49 %, respectivamente, fueron incapaces de nombrar un campo de concentración o un gueto. Entre los mileniales estadounidenses, solo el 49 % podía nombrar un campo de concentración o un gueto. El Holocausto está desapareciendo de la memoria viva.

David Rubin con una fotografía de su abuela, Piroska ‘Perl’ Levy, y de él mismo cuando era un niño.
Alice Bloch

Para aquellos cuya historia familiar está ligada al Holocausto, su conmemoración es a la vez pública y privada. El tatuaje que reproduce el número de Auschwitz es una forma de práctica conmemorativa que habla, visceralmente, de su propia historia familiar, pero también del imperativo de no olvidar nunca.

David y su abuela, Piroska ‘Perl’ Levy.
David Rubin

Los tatuajes conmemorativos son una forma de expresar la historia de una vida. Son una cicatriz externa que encarna una interna.

Al hacer estas entrevistas, he descubierto que reproducir el tatuaje de Auschwitz es una expresión del amor que se siente hacia el familiar superviviente, y una forma de mantener vivo el recuerdo del Holocausto. Es un acto de reivindicación de una dolorosa historia familiar. Y para algunos, se trata de conexiones con una identidad colectiva.

En este sentido, también se trata del futuro. Cuando ya no queden supervivientes que compartan sus historias, estos descendientes que llevan en sus cuerpos vivos los números que una vez se tatuaron a la fuerza en sus familiares serán un recordatorio vivo de a dónde pueden conducir el racismo y el odio.

Alice Bloch ha recibido una subvención de BA/Leverhulme Small Research Grants en colaboración con el Departamento de Empresa, Energía y Estrategia Industrial.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Alice Bloch, Professor of Sociology, University of Manchester

Misterio resuelto: los mosquitos transmiten la úlcera de Buruli en Australia

La úlcera de Buruli es una infección causada por la bacteria ‘Mycobacterium ulcerans’ (imagen). Kateryna Kon/Sutterstock

La úlcera de Buruli, llamada así porque la primera gran epidemia investigada se extendió por el condado de Buruli (Uganda), está considerada por la OMS como una enfermedad tropical desatendida. Es una infección necrosante de la piel, el tejido subcutáneo y los huesos, causada por la bacteria Mycobacterium ulcerans. No hay constancia de transmisión de persona a persona y, por lo tanto, no está catalogada como enfermedad contagiosa.

Se ceba sobre todo en los niños

Cuando Mycobacterium ulcerans se introduce en el tejido subcutáneo produce una toxina citotóxica e inmunosupresora (micolactona) que provoca una ulceración cutánea rápida, extensa y relativamente indolora. Estas úlceras pueden llegar a ser muy profundas, exponiendo tendones y huesos y provocando osteomielitis (infección de los huesos). Además, la piel circundante puede mostrar edema y cambios en la pigmentación. La mayoría de las veces hay una sola lesión, aunque pueden presentarse pequeñas lesiones satélite.

En muchos casos, la úlcera adquiere infecciones bacterianas secundarias que producen un olor fétido. Las personas afectadas –habitualmente niños– suelen ser estigmatizadas, lo que se asocia a mayores dificultades para mantenerse en el sistema educativo o para acceder a un trabajo.

Oficialmente, la enfermedad fue descrita por primera vez por el médico británico Sir Albert Cook en 1897, aunque el explorador escocés James Augustus Grant podría haber hecho referencia a ella antes. En su libro Un paseo a través de África, donde describe su participación en la expedición de 1860 para encontrar el nacimiento del río Nilo, Grant relata cómo su pierna derecha se deformó por encima de la rodilla con inflamación. Permaneció durante un mes en este estado inexplicable, provocando un dolor intenso, que fue aliviado temporalmente mediante una incisión profunda y una secreción abundante. Durante tres meses se formaron nuevos abscesos y se hicieron otras incisiones. Grant estaba exhausto, y su rodilla, rígida y alarmantemente doblada. Caminar era impracticable.

Una infección reemergente

La úlcera de Buruli es la tercera infección micobacteriana más común en humanos, después de la tuberculosis y la lepra. La enfermedad puede ser tratada con antibióticos (rifampicina y claritromicina o moxifloxacina) y, en algunas ocasiones, las infecciones se resuelven por sí solas. En muchos casos es necesaria una cirugía de la herida e injerto de piel. Si se trata demasiado tarde, la enfermedad puede provocar discapacidad y desfiguración de por vida.

En 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a la úlcera de Buruli como una infección reemergente, más pronunciada en los países de África occidental. Aquí, la patología es un importante problema de salud pública, principalmente debido a sus frecuentes complicaciones incapacitantes y estigmatizantes.

Aunque esta enfermedad afecta principalmente a la población de África occidental y central, en los últimos años también ha emergido con fuerza en partes de Asia, América del Sur, el Pacífico occidental y Australasia. Entre 1960 y 2015, fue notificada en 34 países, pero no hay consenso sobre su distribución actual.

En 2022, fueron notificados 2 121 nuevos casos de úlcera de Buruli en 11 países. De ellos, 1 775 se localizaron en África, 343 en Australia y 3 en Japón. Desde principios de la década de 2000, la incidencia se ha ido incrementando en la costa de Victoria (Australia), incluidos los suburbios de Melbourne y Geelong.

El caso australiano

En Australia, esta enfermedad también se conoce como úlcera de Bairnsdale o Searls. En 1948, el patólogo Peter MacCallum describió por primera vez las características clínicas de seis pacientes del estado de Victoria. Cada uno de ellos presentaba una úlcera con bordes socavados en un brazo o una pierna, así como los hallazgos histopatológicos característicos, que incluían necrosis extensa. Cinco de los pacientes fueron identificados por los médicos D. G. Alsop, L. E. Clay y J. R. Searls, de la ciudad de Bairnsdale, de ahí los nombres que recibe la patología en aquel país.

Curiosamente, existen diferencias notorias relacionadas con las áreas de aparición de los casos. Por ejemplo, en África, alrededor del 50% de las infecciones ocurren en áreas corporales expuestas (brazos o piernas) de niños menores de 15 años. Sin embargo, en Australia y Japón, la mayoría de las infecciones afectan a adultos. Estas disparidades pueden venir dadas por el modo de transmisión de la enfermedad, sobre la que existen aún muchas incógnitas. Recientemente se acaba de dar un paso gigantesco para resolver el misterio, al menos en Australia.

Una labor detectivesca

En una nueva investigación, publicada en Nature Microbiology, un numeroso grupo de científicos acaba de ofrecer información relevante y fundamental para entender y prevenir la transmisión de la enfermedad.

Los científicos centraron sus pesquisas en la península de Mornington, una región costera en las afueras de Melbourne que presenta una de las mayores incidencias de úlcera de Buruli en el mundo. En el estudio, realizado entre los años 2016 y 2021, fueron atrapados y analizados más de 65 000 mosquitos. Las pruebas moleculares han demostrado que Aedes notoscriptus, el mosquito australiano de traspatio, es portador de la bacteria Mycobacterium ulcerans. A. notoscriptus es una especie muy adaptable nativa de la región del Pacífico suroriental y ampliamente distribuida en Australia, Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón, Filipinas, Nueva Caledonia e Indonesia.

En el siguiente paso, los investigadores utilizaron pruebas genómicas para demostrar que las bacterias encontradas en estos insectos coincidían con las halladas en heces de zarigüeyas y en los humanos con úlcera de Buruli. Las zarigüeyas son un reservorio silvestre local de Mycobacterium ulcerans en Australia.

Después, analizaron muestras de mosquitos que contenían sangre para demostrar que Aedes notoscriptus se alimentaba tanto de zarigüeyas como de humanos. Y por último, para encajar el puzle, un análisis geoespacial reveló que las áreas con casos de úlcera de Buruli en humanos se superponen con las áreas donde están activos tanto los mosquitos como las zarigüeyas que albergan Mycobacterium ulcerans.

La importancia de protegerse de los mosquitos

Esta investigación es extraordinaria porque arroja luz a un enigma antiguo y permite tomar medidas preventivas sencillas. Entre ellas, aplicar repelente de insectos y eliminar los recipientes que acumulan agua estancada en el hogar y que facilitan las puestas de huevos de los mosquitos: los estanques ornamentales, los desagües atascados, las fuentes, los maceteros, los baldes de plástico y otros contenedores que almacenan agua de lluvia, etc. De este modo se protege a la comunidad y se reduce el riesgo de contraer la úlcera de Buruli.




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Debemos tener en cuenta que existen más de 3 000 especies de mosquitos y que estos insectos transmiten a los humanos múltiples enfermedades. Entre ellas, y además de la úlcera de Buruli, cabe citar la fiebre del Nilo Occidental, el zika, el dengue, el chikungunya, la encefalitis de San Luis, la filariasis linfática, la encefalitis de La Crosse, la enfermedad de Pogosta, la fiebre de Oropouche, la enfermedad del virus Tahyna, la fiebre del valle del Rift, la infección por virus del bosque Semliki, la fiebre de Sindbis, la encefalitis japonesa, la fiebre del Río Ross, la fiebre del Bosque Barmah, la malaria, la fiebre amarilla…

Casi 700 millones de personas contraen cada año una enfermedad transmitida por mosquitos, lo que provoca alrededor de un millón de muertes.

Las medidas de control puntuales para evitar la proliferación desmesurada de las poblaciones de estos insectos son esenciales, pero también es prudente acometer acciones individuales para esquivar las picaduras. Podemos prevenirlas utilizando repelentes de forma responsable, instalando mosquiteras en puertas y ventanas, vistiendo ropa de manga larga y de colores claros que nos permitan detectar con rapidez a los insectos o evitando las zonas en los que los mosquitos suelen descansar o estar activos.

Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca

La llegada de Homo sapiens al norte de Europa sucedió hace 45 000 años, según nuevos hallazgos

Vista de las nuevas excavaciones frente a lo que queda actualmente de la Ilsenhoehle bajo el castillo de Ranis. Foto de Karen Ruebens. Esta obra está bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0 CC BY-NC-ND

El periodo comprendido entre hace 50 000 y 40 000 asignificó una transformación biológica y cultural crucial para los humanos en el norte de la actual Europa: fue la época en que los grupos locales de neandertales fueron sustituidos por los de nuestra propia especie, Homo sapiens.

Aún se desconocen las razones exactas de esta sustitución, pero los recientes avances en arqueología y el estudio de biomoléculas, junto con descubrimientos arqueológicos, aportan nuevos datos esclarecedores sobre la dispersión hacia el norte del continente europeo de los primeros grupos de Homo sapiens.

Nuestra investigación publicada hoy en Nature ha aprovechado al máximo estas nuevas técnicas, abriendo un nuevo capítulo en nuestra comprensión de cómo los humanos modernos llegaron a habitar el noroeste de Europa, territorio hasta entonces ocupado por los neandertales.

Ranis: ¿un misterio de la Edad de Piedra?

En la década de 1930, en el yacimiento de Ilsenhöhle, en Ranis (Turingia, Alemania), Werner M. Hülle descubrió una gran cantidad de materiales arqueológicos, entre ellos herramientas de piedra vinculadas a la transición entre el Paleolítico medio (neandertal) y el Paleolítico superior (Homo sapiens). Este periodo cultural de la industria de herramientas de piedra –conocido como Lincombiano-Ranisiano-Jerzmanowskiano (LRJ)– puede rastrearse por todo el centro y noroeste de Europa, desde Chequia hasta Gran Bretaña.

Hülle no logró identificar restos humanos en las capas del LRJ de Ranis. La mala conservación de los huesos en muchos otros yacimientos en los que se habían encontrado estas herramientas provocó un fuerte debate sobre si habían sido fabricadas por neandertales o por los primeros Homo sapiens.

Pero nuestro equipo excavó de nuevo el yacimiento de Ranis entre 2016 y 2022. Fue un trabajo realizado por un equipo de investigación internacional, dirigido por Jean-Jacques Hublin, Shannon McPherron, Tim Schüler y Marcel Weiss. En el transcurso de nuestros trabajos, localizamos con éxito las zanjas de la excavación de Hülle y hallamos nuevos depósitos de herramientas LRJ remanentes a una profundidad de casi 8 metros.

Excavar las capas de LRJ a 8 metros de profundidad en Ranis fue un reto logístico y requirió un elaborado andamiaje para sostener la zanja. Marcel Weiss, licencia: CC-BY-ND 4.0.
CC BY-ND

Identificación de restos humanos antiguos

Gracias a la nueva excavación recuperamos unos 1 800 fragmentos óseos. Sin embargo, debido a la gran fragmentación, sólo se pudo identificar la especie a la que pertenecieron de alrededor del 10 % del material encontrado.

Para aumentar la tasa de identificación, tomamos muestras de fragmentos óseos previamente no identificables tanto de las excavaciones nuevas como de las antiguas, y utilizamos nuevos métodos proteómicos (análisis de proteínas antiguas) para proporcionar nuevas identificaciones de especies.

Fue una grata sorpresa cuando identificamos restos humanos, tanto de nuestras nuevas excavaciones como de las de la década de 1930: por primera vez en la historia de la arqueología se habían identificado con seguridad restos humanos de una capa de LRJ. Una nueva evaluación visual de los fragmentos óseos de la década de 1930 elevó a trece el número total de fragmentos humanos identificados.

El análisis del ADN antiguo identificó todos estos fragmentos humanos como Homo sapiens. A continuación, una serie de dataciones directas por radiocarbono los ha situado con seguridad en torno a hace 45 000 años.

Los primeros humanos, cazadores resistentes al clima

Los fósiles humanos se encontraron junto a restos óseos de renos, bisontes, rinocerontes lanudos, zorros árticos, lobos y glotones, lo que sugiere un entorno extremadamente frío. Las estimaciones de temperatura obtenidas a partir de los isótopos de oxígeno de los dientes de caballo lo confirmaron, sugiriendo unas condiciones climáticas subárticas, similares a las de la tundra del noroeste de la Rusia actual.

Mientras que algunos huesos de animales presentaban claras huellas de haber sido descuartizados por humanos, gran parte del material mostraba claros signos de haber sido consumido por hienas. Tanto los análisis arqueológicos como los datos extraídos directamente de los restos humanos muestran una dieta basada en grandes herbívoros –especialmente renos y caballos– y centrada en la médula ósea, altamente nutritiva. También se identificaron marcas de corte en carnívoros, incluidos lobos, lo que sugiere que sus pieles se utilizaban para combatir el frío.

También pudimos comparar nuestras identificaciones de especies según el estudio de los huesos con las desveladas por las muestras de ADN de sedimentos antiguos. Así, encontramos un aumento del ADN de carnívoros en capas con más restos de herbívoros y material que había sido consumido por carnívoros.

En conclusión, está claro que la cueva de Ranis fue utilizada de forma intermitente por hienas, osos hibernantes y pequeños grupos pioneros de Homo sapiens resistentes al clima.

Nuevos conocimientos sobre la presencia humana en el noroeste de Europa

Nuestro trabajo marca un cambio significativo en la comprensión de las incursiones iniciales de Homo sapiens en las llanuras del noroeste de Europa hace 47 500 años, que tuvieron lugar en condiciones climáticas de frío extremo. Se desplazaban en pequeños grupos, compartían su entorno y sus emplazamientos con grandes carnívoros, como las hienas, y fabricaban puntas de piedra de gran finura.

El breve uso de la cueva de Ranis por pequeños grupos de Homo sapiens contrasta con las pruebas del mismo periodo de su presencia más prolongada e intensiva en la cueva de Bacho Kiro, en Bulgaria. Esto demuestra que sólo estamos empezando a comprender la dinámica de asentamiento de las primeras dispersiones de Homo sapiens en Europa, así como sus interacciones con grupos de neandertales locales.

Con un nuevo conjunto de herramientas analíticas a nuestra disposición, y con grandes cantidades de material óseo disponible para su estudio –tanto procedente de nuevas excavaciones como de colecciones de museos ya existentes–, estamos entrando en una nueva y apasionante fase de la investigación arqueológica sobre la coexistencia de nuestra especie con los neandertales.

Geoffrey Smith recibe fondos de Max Planck Society.

Dorothea Mylopotamitaki recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención Marie Skłodowska-Curie número 861389 – PUSHH.

Karen Ruebens recibe fondos de Max Planck Society.

Marcel Weiss recibe fondos de Max Planck Society.

Publicado originalmente en The Conversation (Creative Commons)
Autor: Geoffrey Smith, Researcher, University of Kent

ANCO consolida su posición en el mercado tecnológico de Madrid con la adquisición de R2 Tecnio

/COMUNICAE/

La adquisición de R2 Tecnio representa una sólida apuesta por el desarrollo y crecimiento del negocio de servicios tecnológicos en la Comunidad de Madrid

ANCO, líder en el sector de la Consultoría y Asesoría Informática con más de 40 años de experiencia, ha anunciado la adquisición de R2 Tecnio, una destacada empresa especializada en servicios de mantenimiento informático en Madrid. Esta operación refleja el compromiso de ANCO por fortalecer su presencia en el mercado tecnológico de la Comunidad de Madrid y ampliar su oferta de soluciones y servicios.

La adquisición de R2 Tecnio representa un paso significativo para ANCO en su proyecto de acercar la innovación y excelencia de sus soluciones tecnológicas a nuevos clientes en nuevos mercados. Una propuesta integral de servicios que va desde la auditoría y consultoría informática, hasta el mantenimiento IT, los servicios gestionados, la ciberseguridad, pasando por las soluciones multicloud y el impulso de la transformación digital, entre otros.

La experiencia de R2 Tecnio en el soporte y mantenimiento informático complementa perfectamente las capacidades de ANCO, permitiendo ofrecer a sus clientes un catálogo de soluciones más avanzadas e integrales.

Ignacio Ruiz, CEO de R2 Tecnio, considera que el proyecto de ANCO es “la mejor vía para dar a sus clientes el asesoramiento tecnológico que necesitan para seguir creciendo”. “Dejo a nuestros clientes en buenas manos“, comenta Ignacio, que ha cedido a ANCO el área de negocio dedicada al servicio de mantenimiento informático, quedándose él al frente del área de software y desarrollo.

“Estamos muy satisfechos de la incorporación de R2 Tecnio a la familia ANCO. Recogemos el testigo de su experiencia, conocimiento y trabajo bien hecho para introducir y potenciar un nuevo portfolio de soluciones y servicios más completo con el que ayudar a nuestros clientes a recorrer el camino de su transformación digital”, afirma Pedro Collado, CEO de ANCO.

Paso a paso hacia la consolidación: ANCO y su estrategia de crecimiento en el mercado nacional
Con esta operación, ANCO prevé alcanzar los 15 millones de euros de facturación en 2024.  La empresa espera capitalizar las sinergias resultantes de esta unión para impulsar la innovación, mejorar la eficiencia operativa y brindar un valor aún mayor a sus clientes en todo el territorio nacional.

Los objetivos de ANCO a medio plazo, tras la adquisición de R2 Tecnio, están claramente definidos, según destaca Collado: “consolidación de la unidad de negocio de Madrid y expansión en el mercado nacional“. Entre las prioridades se encuentra el aumento de la rentabilidad de la empresa, aprovechando la eficiencia operativa y las sinergias entre ANCO y R2 Tecnio. Además, se busca mejorar la participación en el mercado mediante la adquisición de nuevas empresas.

En este contexto, ANCO está enfocada en concretar nuevas operaciones y alianzas estratégicas en los próximos meses. Collado subraya que estas acciones están definidas y planificadas en el plan estratégico 2024-2026, cuyo objetivo es situar a la compañía en una posición de liderato en la implantación de soluciones y servicios TIC a nivel nacional.

Más sobre ANCO
ANCO es una consultora tecnológica con más de 40 años de experiencia que se ha convertido en el partner tecnológico líder para las empresas. Más que un proveedor de informática, ANCO es el aliado estratégico que convierte la tecnología en una ventaja competitiva y una palanca de cambio, para dar a cada negocio el apoyo e impulso que necesita.

Además de pioneros en el Cloud Computing en España, ANCO es un partner de confianza para sus clientes, quienes valoran su servicio y atención con una nota de 9,2 sobre 10.

Fuente Comunicae

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