Muchísimas gracias a todos los asistentes a este encuentro que, sin duda, es una muestra y evidencia de la solidaridad que Gobierno y sociedad civil quieren tener ante este momento difícil, por el que atraviesan muchas familias de nuestro país, consecuencia de los sismos, de los huracanes, que durante, particularmente el mes de septiembre, han dejado sentir efectos devastadores y efectos destructivos en distintas entidades federativas de nuestro país.

Y hablo de lo que aquí ya se ha dicho, del primer sismo registrado el 7 de septiembre, que dejó particularmente daños y afectaciones en los estados de Chiapas y de Oaxaca.

Y, después, el 19 de septiembre, a 32 años de recordar el sismo de 1985, justamente ese día, nuevamente tuvimos otro gran sismo, de gran magnitud, que dejó devastación en la Ciudad de México, en los estados de Morelos, de Puebla, de Guerrero, del Estado de México, particularmente.

Por eso es que estamos hoy, aquí, reunidos.

Aquí están hoy representantes del sector público, funcionarios de distintas dependencias que han venido trabajando, junto con los demás compañeros del Gabinete del Gobierno de la República, de los gobiernos de los estados y de los gobiernos municipales, para estar en la primera línea de atención a la población, que tanto lo ha necesitado.

Están aquí los gobernadores de estas entidades, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, también, a quienes agradezco su presencia.

Y están los dirigentes del sector empresarial, el Consejo Coordinador Empresarial, de otros organismos empresariales, que hoy concurren a esta mesa; de connotados empresarios de nuestro país, comprometidos con esta causa, a la que hoy todos estamos convocados, que es, precisamente, apoyar, no sólo la emergencia, sino la labor de reconstrucción.

Y déjenme, sin ánimo de extenderme, hacer una, más que síntesis, establecer ante ustedes cuál es la ruta que el Gobierno ha marcado deba servirnos para trabajar en favor de la reconstrucción, y que retoma mucho de lo que aquí ya se ha expresado.

Lo primero que hizo el Gobierno ante esta emergencia, consecuencia de estos dos sismos, y ya antes del Huracán Lidia, el 1 de septiembre, justamente, fue atender la emergencia.

Y no lo hemos hecho solos. El Gobierno, efectivamente, ha tenido un gran despliegue, y los primeros, por cierto, en hacer, estar en esta primera línea de atención a la emergencia, y siempre tendremos para con ellos expresiones de reconocimiento y de gratitud, que, además, ha habido imágenes que han mostrado, precisamente, con gran sensibilidad esa presencia extraordinaria y esa capacidad de despliegue que han tenido nuestras Fuerzas Armadas.

Han estado ahí nuestros soldados, nuestros pilotos y nuestros marinos, en ese primer frente de atención a la población damnificada.

Aquí quiero dejar constancia, en nombre de la sociedad mexicana, de la gratitud y reconocimiento que tenemos para con nuestras Fuerzas Armadas.

De igual manera, hicieron presencia Policía Federal, lo hicieron médicos, enfermeras, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, de la Comisión Nacional del Agua, para restablecer, con la mayor celeridad, los servicios que se habían afectado, consecuencia de estos sismos.

Y buena parte de esos servicios se han restablecido, los más sensibles para la sociedad, que a veces pasamos o vemos de forma casi inadvertida.

Regresó la electricidad, regresó el abastecimiento de agua potable, los servicios públicos de escuela, salvo por las escuelas que resultaron afectadas, prácticamente se restablecieron y se restablecieron con gran celeridad.

Y no se diga de la Ciudad de México. Como lo expresara hace un momento el propio Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, los servicios generales para la población, prácticamente están operando en condiciones de normalidad.

Sin embargo, hay que decir que en estados seriamente afectados algunos de esos servicios, fuera del abasto de agua potable y energía eléctrica, sí resultaron afectados, sobre todo, la actividad comercial, propia de las pequeñas comunidades, de localidades demográficamente pequeñas, en donde esos servicios sí se afectaron.

Y estuvo el Gobierno para hacer frente a esta emergencia. Y, repito, no solos.

Hemos estado de la mano del sector privado, hemos estado de la mano de la propia sociedad, que se volcó de manera voluntaria, en un gesto de gran solidaridad, para apoyar a los más necesitados; para apoyar, sea a través de la aportación de bienes materiales, que sirvieran a lidiar el momento de dolor de muchas familias, fuera con su presencia, con su trabajo en las brigadas que se desplegaron para dar atención a la población.

Y esa ha sido la primera tarea a la que nos abocamos en esta situación de emergencia.

Segundo. Pasamos a hacer un balance de daños. Y aquí hemos tenido ya cifras. Algunas preliminares, particularmente en el caso del Estado de México, del Estado de Puebla, del Estado de Morelos, del Estado de Guerrero y aún de la Ciudad de México, todavía cifras preliminares, que habrán de consolidarse y ser más precisas, a partir de los censos que se están realizando en este momento.

Distinta la condición de los Estados de Chiapas y Oaxaca, donde hemos ya concluido el censo, que nos permite saber cuáles son los daños, las casas afectadas, las escuelas afectadas, el patrimonio cultural dañado, los servicios o clínicas que prestan servicios médicos, que fueron dañados, y que evidentemente van a necesitar de esta labor de reconstrucción.

He convocado, y desde el inicio. Y yo quiero aquí dejar amplio reconocimiento, porque recién empezaba la emergencia, recién empezamos a advertir la magnitud de los daños y del desastre que se había generado, hice, desde Chiapas y desde Oaxaca, un llamado al sector privado para que se uniera, no sólo en esta labor de atender la emergencia, sino que contribuyera con esfuerzos adicionales, como ha venido ocurriendo, para poder emprender lo que habrá de ser la reconstrucción.

Y he de reconocer, de aplaudir y de agradecer, en nombre de la sociedad mexicana afectada, las distintas iniciativas que desde el sector privado se dejaron sentir para apoyar a la población damnificada.

Desde instituciones financieras, que aportaron o que convocaron a aportaciones y duplicando o multiplicando varias veces más la aportación realizada por la que la propia institución habría de aportar en beneficio de esta tarea.

Lo dejamos sentir, como aquí lo expresara hace un momento Juan Pablo Castañón, en los apoyos que de inmediato colectaron desde el sector privado para canalizarlos a atender la emergencia.

Nos dio aquí algunas cifras de materiales, de toneladas de víveres, de despensas, de maquinaria, de equipo, que no sólo ha aportado a la emergencia, sino que sigue estando presente en varias localidades, sobre todo, para emprender la labor de limpieza y remoción de escombros y, en algunos otros, la demolición de construcciones que ya están seriamente afectadas y que son inhabitables e inoperables.

Quiero, de verdad, agradecer, aquí está la representación, sólo una representación, del sector privado que, comprometida con México, ha mostrado su solidaridad y siguen estando dispuestos a apoyar la tarea de reconstrucción.

Mi reconocimiento y mi gratitud, en nombre de la sociedad mexicana.

Están aquí algunos de los muchos, y quiero pensar, de los miles de integrantes del sector privado, de empresarios, comerciantes, prestadores de servicios, que están dispuestos a aportar a la tarea de reconstrucción.

Gracias por este gesto solidario que tienen para con nuestro país.

Las cifras que han tenido delante de sí nos deja ver, cifras e imágenes, nos dejan ver mayormente y por eso la razón de este encuentro, la magnitud del desastre.

Nos dejan ver los daños en las viviendas, los daños en el Patrimonio Cultural; los daños a los miles de escuelas afectadas, que merecerán y requerirán reconstrucción total; sin mencionar el balance que se tiene de daños y debo decir, no por ello menor, pero importante, tampoco extremadamente mayor en materia de comunicaciones y en materia de hospitales, que eventualmente tuvieron afectaciones.

Sí, algunos. Quedó muy claro el de Puebla, donde el Seguro Social, una institución de más de, bueno, el Hospital San Alejandro de más de, pero cuántos tenía este hospital, como 50 años; en lugar de poder abrir espacios para la atención, como fue la indicación en su momento dada para habilitar espacios de todas las instituciones médicas del país para atender a la población damnificada, este tuvo que cerrar sus puertas y, más bien, canalizar a los pacientes ahí atendidos a otros espacios.

Sí hay daños y esta cuantificación aquí no se presentó. Pero la que sí se presentó, da muestra evidente del reto que tenemos, de la magnitud del daño y del costo que va a representar la reconstrucción.

Lo que el Gobierno ha decidido emprender para apoyar a la población damnificada, a partir de ya conocer los daños, y ayer lo hice en un anuncio en cadena nacional ante toda la sociedad mexicana, es para el caso de la Ciudad de México y donde lo identifica así el gobierno de la Ciudad de México, se mantendrán las labores de rescate, que prácticamente se centra a uno o dos lugares de los sitios siniestrados.

Pero ésta es una determinación que, junto con las familias afectadas o que tienen algún familiar en estos lugares, se habrá de determinar, ahí se mantiene la labor de rescate.

Pero en buena otra parte o ya prácticamente en el resto de las entidades donde ya se han concluido los censos, vamos a labor de reconstrucción.

He anunciado que hemos definido un mecanismo de apoyo, hoy puedo decir para Chiapas y Oaxaca, que consistirá en un apoyo monetario para que las familias puedan apoyar la labor de autoconstrucción.

Una autoconstrucción que no se espera la hagan solos, sino, invariablemente, acompañados de la asistencia técnica que el sector privado ha puesto a disposición, y que, además, la propia SEDATU tiene posibilidad de contratar y de proveer para que haya asistencia técnica en la reconstrucción de esas viviendas.

Con el esfuerzo de los gobiernos de los estados, Chiapas y Oaxaca, hemos definido potenciar el mecanismo de apoyo.

Y cuando digo: potenciar, es poder ir más allá de lo que las reglas de FONDEN, de lo que el monto del FONDEN, más allá de las reglas, porque las reglas podríamos ajustarlas a partir de la emergencia, pero, más bien, es a partir de la capacidad financiera que tiene el Fondo para Desastres, el poder fortalecerlo con la participación de recursos de los estados,

Y sea potenciado a través de la emisión de un bono; un bono, cupón cero, que permite a los estados adquirir, o tener hoy acceso a una mayor cantidad de recursos, que se aportarán a este monedero electrónico, que será la forma de hacer llegar el apoyo económico a las familias afectadas, para poder elevar el monto de ayuda a las familias afectadas.

Estaremos entregando estos monederos electrónicos, a partir de la semana entrante; en dos tipos de monederos, o dos tipos de tarjetas, que eso permite que sea mucho más transparente.

Permite, además, un mejor uso del recurso económico que se está dedicando a las familias afectadas, y eso permite, además, tener claridad en quiénes son las familias que están recibiendo estos apoyos, que resulten o sean consistentes con el censo realizado.

Y sólo esas personas afectadas serán quienes puedan acceder a los apoyos económicos, que habrán de hacerse llegar a través de este mecanismo.

Dos son los mecanismos: un apoyo en dos ministraciones para las casas con daños parciales, y para las casas con afectaciones totales será un apoyo igual al que tuvieron los daños parciales, que es disposición de recurso líquido y en efectivo, prácticamente. Y la otra, solamente para la adquisición de materiales para construcción.

Y hemos llamado, también, y convocado a las empresas constructoras, no constructoras, proveedoras de materiales para construcción, para que nos aseguren un paquete de materiales para construcción con precios accesibles, con precios mínimos, con precios, incluso, por debajo de los del mercado, a los que puedan tener acceso quienes tengan una tarjeta, y quien tenga esa tarjeta les identificara como una persona damnificada.

Y, en consecuencia, tendrá acceso y habremos de verificar a través de la PROFECO que así realmente esté ocurriendo, para que la adquisición de esos materiales para construcción sea, repito, a precios preferenciales, a partir de este gesto también de solidaridad que empresas proveedores de materiales para construcción puedan hacer ante esta acción de emergencia y de reconstrucción.

Mecanismo por igual que habremos de seguir en las otras entidades afectadas, a partir del censo que se levante.

Hoy las cifras que ustedes conocieron de estas entidades son cifras preliminares.

Hay estados con esta capacidad institucional de haberle hecho frente a esta inmediata atención a la emergencia, como el caso de Guerrero, particularmente, pero queremos trabajar de la mano de los estados para tener un censo puntual y entonces poder canalizar este mismo tipo de ayuda.

Para el caso de la Ciudad de México, evidentemente, por la condición del mercado inmobiliario, es decir, el costo de la vivienda en esta ciudad, habrá que idear un mecanismo distinto, que no signifique modificar el apoyo o el nivel de apoyo que estemos dando al resto de las entidades.

Para el caso de los recursos que apoya el FONDEN esta causa será exactamente el mismo que demos para estados como Chiapas y Oaxaca.

Lo que permitirá eventualmente potenciar la capacidad de ese recurso, que la ciudad podría hacer bajo o quedar muy debajo del nivel para poder resarcir los daños que las familias tuvieron en esta ciudad, se habrá de potenciar a través de los recursos que la propia Ciudad de México tiene previsto inyectar a este mecanismo.

Y, a partir de ahí, en un mecanismo financiero, aquí podemos contar con el apoyo del sector financiero para, habiendo aquí mercado inmobiliario, que no se tiene en las otras entidades afectadas y, eventualmente, para el caso de Morelos y del Estado de México podríamos, eventualmente, hacer algo similar.

Es, precisamente, potenciar a través de un mecanismo de bono, de bono emitido a 20 años, donde las personas afectadas, prácticamente sólo estén cubriendo los intereses de un apoyo económico, que potencialmente pueda ser mayor para que realmente estén en condiciones de reponer la vivienda que perdieron.

Esto sólo podemos hacerlo, una vez que tengamos un censo puntual del tipo de afectación que hubo en la Ciudad de México.

Y corresponderá, porque así lo he platicado con el señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, la atención que se dé, vamos a trabajar de forma conjunta para instalar las mesas de atención, que eventualmente derive a la población afectada, pero además también la mucha población que habrá de estar afectada de los inmuebles que en la Ciudad de México ha venido identificando, que requieren demolición y que obviamente dejará a muchas otras personas sin vivienda y sin casa, y habrá que ver la manera de reubicarlas.

Otra acción que el propio Gobierno también ha emprendido, hoy por cierto el INFONAVIT, en su asamblea de hoy en la mañana, de su Consejo de hoy por la mañana, aprobó mecanismos de apoyo a su población derechohabiente, como lo está haciendo el INFONAVIT y el FOVISSSTE.

Dos instituciones que tienen población derechohabiente, particularmente aquí, en la Ciudad de México, en mayor número que en las otras entidades afectadas, que está poniendo a su alcance mecanismos también de apoyo económico, de acceso a crédito de forma preferencial, y que el día de hoy además fue aprobado en un monto de más, para el caso del INFONAVIT, de dos mil millones de pesos.

A esto habrá que sumar los apoyos que el sector privado ha venido más que a aportar, o habrá de aportar, ha venido concentrando, ha convocado. Y hoy ya tiene distintos recursos que están a disposición o que están ofreciendo precisamente para la tarea de reconstrucción.

Y que yo, repito, quiero agradecer y reconocer, porque han sido mecanismos francamente ingeniosos, imaginativos, como decía el propio Alejandro, sobre todo, en esta acción solidaria de aportar de parte de varias instituciones financieras otro tanto o más de lo que eventualmente alguien hubiese aportado en dinero a esa cuenta para concentrar recursos para apoyo a la reconstrucción.

A lo quiero hoy convocarles, al sector privado, es a que tengamos una mesa de coordinación para poder destinar esos recursos que el sector privado ha podido juntar de la propia sociedad civil que ha aportado y de otras empresas o emprendedores, o empresarios que han mostrado disposición para aportar recursos, tengamos una mesa de coordinación, para optimizar auténticamente el uso y destino de esos recursos.

No estamos pensando que el Gobierno Federal administre el recurso privado que el sector privado ha podido juntar y seguirá recolectando, pero sí el Gobierno quiere orientar hacia dónde llevar esos recursos, que sea donde más se requieran y más se necesiten, y evitemos esfuerzos duplicados.

El Gobierno tiene identificado en dónde tiene una capacidad propia, sea porque hay seguros sobre varios de los inmuebles afectados, que obviamente se destinarán a la reconstrucción de los propios inmuebles, sobre todo, del Patrimonio Cultural; escuelas afectadas también, varias de ellas de la infraestructura Federal tienen seguros y esos seguros también se habrán de destinar a estas escuelas.

De ahí que sea importante ver que los recursos que ustedes están ofreciendo y poniendo a disposición para la reconstrucción se orienten a partir de lo que el Gobierno, por un lado, habrá de ser y los frentes que habrá de atender, y aquellos en donde sea necesario, yo diría casi en todos, contar con recursos mayores, creo que ahí podremos canalizar los recursos que pueda aportar el sector privado y la sociedad en su conjunto, a través de los varios mecanismos que el sector privado ha puesto a su disposición.

Y por ello quiero pedirles y definan entre ustedes, porque sé que tienen distintos mecanismos, sé que está este fideicomiso privado, que es el de Fuerza México, que busca concentrar todos los apoyos, pero también sé que hay otros mecanismos que están en algunas instituciones privadas.

De donde hubiese o donde estén identificados, tengamos una mesa de coordinación, exclusivamente de coordinación para tener claro cuáles son los frentes a dónde hay que dedicar recursos y cuáles de ellos pueden ser de los que vengan del sector privado y cuáles vendrán de los recursos públicos.

Es evidente que los recursos del FONDEN, déjenme decirles, no son infinitos, tienen una limitante y, también, es de entender que seguramente en el debate que se haga al paquete presupuestal para el próximo año se den reacomodos a la asignación de gasto, a la reasignación de esos recursos, que en el proyecto fueron presentados de una forma y estén reasignados a rubros y asignaturas que hoy demandan mayores recursos para la reconstrucción.

Y esto habremos de observarlo en el debate que se dé, precisamente, sobre el paquete presupuestal para ejercerse el próximo año.

De tal suerte que, en mi agradecimiento y reconocimiento a la participación del sector privado, les convoco, también, a que tengamos esta mesa de coordinación, que lo hagamos a través de la, particularmente con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con las Secretarías que están aquí.

La Secretaría de Gobernación, la propia Secretaría de Hacienda, la SEDATU, la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Cultura, que son los frentes donde, eventualmente, habremos de necesitar y de requerir el apoyo adicional a los esfuerzos que el propio Gobierno, eventualmente, pueda desplegar.

Los montos son verdaderamente mayores. En el caso de la vivienda estimamos que solamente para Chiapas y Oaxaca se habrán de destinar más de seis mil 500 millones de pesos en este tipo de monedero electrónico, al que ya están sumados recursos de los estados, a través del mecanismo que ya les he compartido.

Estimamos que los daños y afectaciones en los otros estados, sólo en estimaciones, podría llevarnos, sólo en apoyo a recursos para la vivienda, sea para reconstrucción total o parcial, en una cifra estimada y preliminar del orden de 10 mil millones de pesos.

Hemos conocido la magnitud de los daños en infraestructura, a la infraestructura cultural, patrimonio cultural en ocho mil millones, también, en una cifra preliminar, ojalá y la cuantificación termine siendo menos, pero tener más de mil templos, conventos, afectados nos lleva o ha llevado a la Secretaría de Cultura a hacer esta estimación.

Y al monto que dio la Secretaría de Educación, y eso sólo por concentrarnos que fue de más de 10 mil millones de pesos, 13 mil millones de pesos, también, en cifras preliminares, en cifras cuantificadas a partir del diagnóstico que se tiene.

Creo que, a la hora de ir haciendo los ajustes, los ajustadores teniendo ya el levantamiento de daños, el trabajo, el despliegue que se está haciendo, nos permitirá tener mayor precisión.

En el caso de las viviendas creo que aquí sí damos cifras mucho más puntuales y precisas, faltará tenerlo, todavía, en el caso de las escuelas, en el caso del patrimonio cultural, pero habla de cifras mayores, de cifras verdaderamente muy relevantes y que dan contexto a la exigencia que está por delante.

Quisiera concluir dejando como final de esta participación, y esperando atención a este llamado para tener esta mesa de coordinación que nos permita optimizar la canalización de los recursos que deriven, precisamente, del sector privado, quiero reiterar que en esta tragedia lo que más sentimos hoy, primero, es que ha habido personas que fallecieron, más de 400 personas, más de 420 personas en cifras que se van alterando día a día, todavía, a partir del rescate debajo de los escombros en los edificios siniestrados en la Ciudad de México. Se puede modificar esta cifra, pero ese es el número de personas y de familias que sienten hoy dolor y tristeza por los seres que perdieron.

Y para con ellos, estoy seguro que todo México les acompaña en la pena y en el dolor, y expresa su solidaridad.

Y, por otro lado, reconocer que, ante esta emergencia, los mexicanos estamos de pie, estamos unidos; mostrando solidaridad en distintos frentes, no importando si es desde el ámbito público o desde el ámbito privado.

Todos creo que estamos hoy en atención a esta emergencia, en atención a este escenario y a este reto que implica la reconstrucción.

Pero lo estamos haciendo con absoluta entereza, con carácter, con determinación, con hoja de ruta, con claridad hacia dónde tenemos que orientar los esfuerzos para la reconstrucción.

Y yo espero, y deseo, que realmente, en breve tiempo, en sólo unos meses, nuevamente todo este de pie; nuevamente las partes afectadas estén de pie, estén reconstruidas.

Y, como dije en Chiapas y Oaxaca, si bien todavía estamos a meses de que inicie el próximo año, yo espero que Año Nuevo nos permita tener también un México nuevo, reconstruido y en condiciones de normalidad.

Gracias a todas y a todos por ser parte activa y por ser parte comprometida en esta labor de reconstrucción.

México se los agradece y se los reconoce.

Muchísimas gracias.