Tlaxcala, a veces ignorada por visitantes nacionales y extranjeros, ofrece información sobre la compleja historia de México que no encontrarás en ningún otro lugar. Ubicada en la meseta central del país, o Altiplano, es centro del imperio azteca.
Hoy en día, los fértiles valles de Tlaxcala están salpicados de ruinas prehispánicas, iglesias barrocas, comunidades rurales que continúan utilizando técnicas agrícolas antiguas y haciendas que alguna vez se dedicaron a la producción de pulque, la bebida de agave fermentado.
Día 1: Tlaxcala
Toma un automóvil en la Ciudad de México y conduce por las faldas de Popocatépetl, uno de los dos grandes volcanes en la esquina sureste de la capital. Ve hacia la ciudad de Tlaxcala, deteniéndote en el camino para ver los espectaculares murales en Cacaxtla, un sitio arqueológico con ruinas de 1,000 años de antigüedad.
Camina hasta la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (entrada por la Plaza Xochitencatl) para ver sus majestuosos retablos barrocos y el techo de madera tallada en el estilo mudéjar español, que combina elementos de las arquitecturas gótica e islámica. Más arriba, la Basílica de Ocotlán (Privada del Norte), iniciada en 1670, es un punto culminante del estilo barroco tlaxcalteca.
Día 2: Terrenate
Conduce hacia el este hasta Contla, un pueblo conocido por los textiles que ha sido absorbido por la expansión de la ciudad. Visita el taller del tejedor de cuarta generación Ignacio Netzahualcoyotl. Él y un pequeño equipo de tintoreros y tejedores elaboran alfombras, chales y sarapes contemporáneos utilizando telares de pedal.
Desde Contla, puedes ir hacia el sureste hasta Huamantla. La plaza central de la ciudad es un lugar ideal para tomar un refrigerio rápido de helado y mueganos, los buñuelos de azúcar de caña y trigo. Continúa hacia el sur hasta Ixtenco, una comunidad tradicional otomí, para conocer más acerca de su cultura.
Día 3: Terrenate a Atlangatepec
Puedes ir a un recorrido por los barrios residenciales, que están llenos de muebles eclécticos y recuerdos acumulados durante los últimos 200 años. Pasa el resto de la mañana relajándose en el césped o paseando por los extensos terrenos de la hacienda cubiertos de flores silvestres.
Un corto viaje hacia el norte te lleva a campos abiertos colindantes con las tierras altas de la Sierra Madre Oriental que separa el Altiplano del Golfo de México.
Día 4: Atlangatepec a la Ciudad de México
Despierta al amanecer para una caminata suave de 40 minutos hasta la cima de las muchas colinas de la zona. A medida que sale el sol, verás la grandeza de Popocatépetl y su gemelo nevado, el inactivo Iztaccíhuatl.
Desde Tlaxco, ve hacia el oeste a través de los Llanos de Apan, una región agrícola dividida entre Tlaxcala y el vecino estado de Hidalgo que alguna vez fue el corazón de una lucrativa industria pulquera. La Ciudad de México está a solo 90 minutos en automóvil, para finalizar tus grandiosos días en torno a la naturaleza y belleza.