Lo confieso. Yo he invertido en bolsa. No mucho dinero, unos poco miles de euros, pero invertido al fin y al cabo. Y no sé si estoy orgulloso. No lo sé, pero es posible que, con mi dinero, se hayan realizado negocios tan poco edificantes como especular con alimentos o fabricar armas.
Realmente yo no soy el dueño de mi dinero. Yo, un trabajador honrado, voy al banco, y decido ahorrar el poco dinero que he ahorrado. Allí, un señor muy amable con una corbata roja (voy al banco más grande, el que, según me han dicho, es más fiable) me ofrece distintos modos de ahorrar. Yo no entiendo mucho, pero me parece bien que con mi dinero se genere más dinero. No lo cuestiono, simplemente asumo que esto es así, y que en el interés que me va a generar el dinero no hay nada malo. Elijo un plan de ahorro que invierte una parte del dinero y que, en función del resultado, me puede generar más o menos interés.
Pero un día tengo una pesadilla. No sé por qué, pero empiezo a seguir el rastro al dinero. Y, de repente, llego a un país de esos que sé que existen porque he visto la televisión, uno de esos con negros que se mueren de hambre. Y una señora dice que en los últimos años el precio del trigo ha subido mucho, y que ya no lo puede comprar. Y yo, ¿por qué estoy soñando esto?
Inmediatamente, sigo soñando, aparece ese señor tan amable de la corbata roja. En el banco, delante del ordenador. Como tiene que invertir mi dinero lo ha juntado al de otros ahorradores y lo ha dejado en manos de un fondo de inversión con el que el banco tiene un acuerdo. Allí, como mi plan de ahorro no es de mucho riesgo van a valores seguros. Y qué más seguro, ahora que estamos en crisis, que invertir en trigo. Así que ha invertido en trigo. Y el precio del trigo ha subido.
Me despierto. Estoy totalmente sudado. No he entendido bien el sueño. Aunque tengo una gran sensación de culpa. No sé muy bien por qué pero ya no puedo dormir. Ni sé si volveré a dormir.
*Una de las grandes paradojas de la vida del occidental es que el capitalismo nos ha hecho a la vez víctimas y verdugos. Somos víctimas de un sistema que nos convierte en números y nos precariza la vida para generar plusvalía a unos pocos. Al mismo tiempo, por acciones aparentemente neutras, estamos reproduciendo un sistema que condena a mil millones de personas a no saber si al día siguiente van a comer.
José
¿Quién es Sombras en la Ciudad?
Se cruzan las vidas de dos jóvenes burgaleses. Comparten libros, conversaciones, comidas, manifestaciones, noches inabarcables, ciudades, música,… Uno es más culto que el otro, uno es más crítico que el otro, uno es más inteligente que el otro y uno abre un post y el otro le contesta. Descubre quién es quién en esta pareja de impostores porque ni ellos mismos saben quienes son…síguelos en su blog Sombras en la Ciudad
imagen: Sombras en la Ciudad