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Cuando la contingencia de la vida nos rebasa, no asfixia…la única salida puede volcarse en las letras.

Sylvia Plath, un suspiro que va más allá de la poesía y de la superficie humana.

Una de las escritoras más grandes en la historia de la literatura universal, cargada de una poesía sumamente profunda y enérgica, esta mujer cuyo talento despertó desde una muy temprana edad, ha sido todo un punto de partida para comprender el fenómeno poético y literario de la actualidad.

 

 Amapolas en julio

 

Pequeñas amapolas, llamitas infernales,
¿es que daño no hacéis?

Se apagan y reviven. No puedo tocarlas.
En su fuego pongo las manos.  Nada se incendia.

Contemplarlas me consume
Llameando así, su rojo ajado y brillante como piel
de alguna boca.

¡Una boca recién ensangrentada
pequeñas faldas sangrientas!

Hay efluvios que no puedo asir.
¿Dónde están tus opios, tus asquerosas cápsulas?

¡Si pudiera desangrarme y dormir! —
¡Si pudiera mi boca unir a una herida así!

Oh, vuestros líquidos rezuman en mí, cápsula de vidrio
Apagándose y aquietándose.

Mas, sin color, sin color.  Descoloridamente.
 
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