El pasado sábado 17 de Julio México –con Margarita Zavala, la primera dama, en primera fila- presenciaba un acto sorprendente: al cierre de la decimotercera edición del Jamboree Panamericano 2010 (este año celebrado en México), en Tepotzlán (Morelos) y ante la primera dama más de un millar de scouts escenificaron lo que los medios mexicanos calificaron de “porra”. Al grito de “¿Cómo se grita en Juárez? ¡Todos al suelo! ¿Cómo se grita en Chihuaha? ¡Todos al suelo! ¿Cómo se grita en el Norte? ¡Todos al suelo!” los jóvenes se echaron al suelo todos a la vez. O así lo han relatado los medios de comunicación presentes en el acto. Porque ni una sola fotografía –a pesar de que había muchos medios presentes- y mucho menos un vídeo ha logrado ver la luz hasta el momento.
La escena, sin embargo –incuestionada a pesar de la falta de pruebas gráficas- es muy explícita y fácil de imaginar: los jóvenes, en protesta por la creciente inseguridad que se vive en México -que se ha cobrado ya más de 25.000 víctimas en los últimos tres años- se pusieron de acuerdo para escenificar su descontento. No es la primera vez que se pone en escena una acción de este tipo, pero quizá si es la primera vez que su contenido es tan claramente político y realizado por menores.
Este tipo de acciones colectivas e instantáneas, planeadas de antemano, tiene ya un nombre. Se trata de las “flashmobs” –literalmente, “multitudes instantáneas”- fenómeno que comenzó a hacerse popular a partir del 2003 con el auge de las redes sociales. Las flashmobs consisten en que varias personas (a menudo desconocidas entre ellas) realicen un acto sorpresivo (muchas veces absurdo, aunque no siempre) en un espacio habitualmente concurrido. Las flashmobs son un tipo de “performance” (acto escénico) cuya mayor característica consiste en su sorpresividad, su coordinación y en que se realizan al margen de los medios de comunicación tradicionales.
Aunque el término flashmob es un concepto muy nuevo y todavía en discusión, se distinguen ya algunas características propias de este tipo de actos. Las flashmobs suelen ser convocadas por sms, emails, redes sociales o el simple boca a boca y su finalidad no es siempre clara. Aunque el término flashmob fue posterior al término original “smart mob” (multitud inteligente) fue el primero el que logró popularizarse en los medios. En función de su finalidad, existe la posibilidad de diferenciar las flashmobs en:
–Absurdmobs: son reuniones puntuales e instantáneas de gente que realiza una acción simultánea aparentemente absurda. Su nombre significa “multitud absurda”. Es el caso de las guerras de almohadas, las “congelaciones” simultáneas de personas, etc. En Barcelona, por ejemplo, el 4 de octubre de 2010 se realizó una flashmob (o absurdmob, si se quiere) que consistió en que varias personas desconocidas se reunieran simultáneamente al pie de la estatua de Colón y señalaran simultáneamente con el dedo hacia el mar. Tras dos minutos en esta posición, las personas participantes dieron dos vueltas sobre sí mismas, gritaron “¡qué vienen los indios!” y se dispersaron.
–Smartmobs: son un tipo de flashmob cuyo objetivo es político. Su nombre significa “multitud inteligente”. A diferencia de la absurdmobs, la smartmob explota el gran poder de convocatoria de las nuevas tecnologías para realizar un acto sorpresivo y significante. Tal vez la primera de ellas se conoció en 2001, en Filipinas, cuando un grupo de manifestantes se reunieron vía sms para protestar por la corrupción del presidente Joseph Estrada, contribuyendo a la presión que poco después lograría la destitución de Estrada. En España, en vísperas de las elecciones de 2004 y tras los atentados del 11-M, un mensaje de texto circuló por todo el territorio convocando a la gente a las puertas de las sedes del Partido Popular (en aquél entonces el partido en el poder que promovió la versión de que ETA habría sido responsable por los atentados). La gente acudió masivamente. Las votaciones, realizadas poco después, dieron una imprevista victoria a los socialistas. El colectivo YoMango (mangar significa robar o hurtar) promovió en su día acciones que mostraban la ambigüedad del término “mangar” (robar). Por ejemplo, en una ocasión, “liberaron” un vestido de la tienda Bershka. Tras la disolución de este colectivo, acciones de este tipo han continuado en España. Diversas gentes se reúnen en supermercados para robar simultáneamente productos. A menudo estos productos son después repartidos entre la gente presente en la calle, y luego la smartmob se dispersa.
El acto realizado en Tepotzlán por los jóvenes scouts podría ser considerado quizá como la primera gran flashmob (o smartmob) mexicana. El tiempo dirá si, como predijo Howard Rheingold en su libro “Smart Mobs: the Next Social Revolution” (Smartmobs: la próxima revolución social), la gente utilizaría en el futuro las nuevas herramientas tecnológicas para autorganizarse.
Fuentes: Wikipedia, YoMango.
Foto: Christian Dembowski