Skip to content

V informe de Calderón, de los saludos con Ebrard a la amenaza de “no claudicar”

Te das cuenta de que la prensa nacional está distraída cuando su principal preocupación es ver si Felipe Calderón Hinojosa y Marcelo Ebrard Casaubon se dan la mano.

Es un momento por el que cientos fotógrafos tuvieron que esperar más de 5 años y reporteros de todas las redacciones de los diarios nacionales atendieron con insistencia para, llegado el momento, dar con lujo y detalle un reporte de qué cara le hizo el Jefe de Gobierno al Presidente o viceversa, además de adivinar qué se dijeron y/o interpretar si el apretón de brazos fue amistoso o más bien obligado.

Ya durante la pasada reunión del Consejo Nacional de Seguridad que se celebró en Campo Marte el pasado mes de julio, todas las cámaras estaban instaladas para inmortalizar el momento que en efecto, se dio, pero de una forma no tan contundente como la de hoy en el mensaje que Calderón Hinojosa ofeció en el Museo de Antropología con motivo de su quinto informe de gobierno.

Los “desaires” de Ebrard a Calderón se dieron desde el inicio de su administración para negar cualquier tipo de nexo y no mostrar simpatía hacia un proyecto y una ideología contraria a la defendida por Andrés Manuel López Obrador. Hasta hoy, un saludo público al “espurio” no se había dado de forma tan abierta. Y a decir verdad, las razones son obvias.

Aunque oficialmente se trate de diplomacia y de que “es así como ahora tienen que ser las cosas” porque el Jefe de Gobierno está a la cabeza de la Conferencia Nacional de Gobernadores, lo cierto es que  el intercambio de sonrisas entre ambos ya estaba más que anunciado. Ebrard ha dicho más de una vez que apoya la determinación de Felipe Calderón en su lucha contra el crimen organizado y hoy lo reiteró:

Lo bueno que se tenga la determinación de no cederle los espacios en el país a la delincuencia, eso me parece que es importante y es atendible. Y yo diría, como presidente de la Conago, que por supuesto que vamos a respaldar ese llamado, sin duda, con toda energía

Pero también descartó cualquier otra afinidad con Calderón al subrayar en entrevista “en eso sí estamos de acuerdo” (sólo en el tema de enfrentar frontalmente a la delincuencia) y remató diciendo que cada quien tiene su propia visión para abatir esta problemática social.

Lo importante es que el esperadísimo “espaldarazo” del primer mandatario de la ciudad a Calderón Hinojosa se da en un momento crucial y determinante para sus aspiraciones. Y lo que sigue siendo preocupante es que aun cuando el mensaje de Calderón en el Museo de Antropología fue claro, la nota para muchos sea un apretón de manos.

Que sea a Felipe Calderón y a Marcelo Ebrard a quienes les preocupe el saludo, la sociedad civil conoce sus intenciones pero más allá de eso o de las críticas a los besos entre poetas y funcionarios hay un mensaje bélico con tintes de superhéroe que cada día más personajes abrazan.

Calderón advierte que “no claudicará en lucha anticrimen”

En un mensaje de más de una hora, Felipe Calderón presumió los logros de su administración, habló de cobertura en educación y salud y con poesía cerró: “la hora más oscura de la noche es la que antecede al amanecer” arrojó entre aplausos de su gabinete y los 32 gobernadores de las entidades que escucharon atentos la advertencia de que no claudicará en su lucha contra el narcotráfico ni retirará a las fuerzas armadas de las calles.

El presidente ha hablado y ha hecho alusión a la propuesta de Vicente Fox sobre “pactar” con “los malos”, se ha negado, se dice responsable de sacar al país de la parálisis y crisis en que se encuentra por una ola de violencia, de la que además, se deslinda. “El crimen organizado es algo que no es nuevo ni comenzó con mi mandato”, se justifica y luego arremete: “Aunque el gobierno se retirara, los criminales no dejarían de delinquir”.

Es obstinado y con un mensaje de miedo disfrazado de esperanza se despide de su quinto año. La única esperanza para los mexicanos será quizá, saber que ya sólo le queda uno más.

Porque un minuto de silencio por los miles de muertos en el último lustro, señor Presidente, no es nada.

Salir de la versión móvil