Todo mexicano tiene que vivirlo; todo extranjero tiene que adoptarlo.
Se realiza en noviembre, es un ritual donde cientos de canoeros zarpan de Xcaret rumbo al santuario de la diosa Ixchel, en Cozumel. Viajan para escuchar el mensaje de su deidad, para regresar a Playa del Carmen a transmitirlo al pueblo maya, que espera conocer lo que le depara el destino.
Los participantes de esta recreación hacen sentir el valor espiritual de las raíces mayas, remando kilómetros para llegar a su objetivo. Miles de turistas son testigos cada año de este espectacular evento.