En este artículo nos sumergimos en el horroroso caso documentado donde Yndira Sandoval sufrió un abuso brutal tras solicitar ayuda médica; su lucha por la justicia continúa a pesar de las represalias institucionales. A través del testimonio y los movimientos sociales que se han generado, analizamos el caso como un reflejo crítico sobre normas culturales e institucionales en México. SOLICITUD: Deseo explorar cómo este escenario ilustra la tensión entre cultura y derechos de las mujeres, así como los mecanismos que perpetúan el silencio frente a tales violencias sistemáticas. Aclaro desde un principio mi compromiso con neutralidad analítica para examinar estos eventos sin imponer juicios preconcebidos en la discusión del tema.
Yndira Sandovaly ser detenida arbitrariamente por la policía municipal para luego ser abusada en la cárcel. relata a La Jornada el terrible atropello que recibió en Tlapa luego de pedir ayuda médica
La pesadilla no terminó allí, al intentar denunciar se topó con la miserable burocracia que la siguió violentando tardando más de 24 horas en que la revisara un médico legista.
En Twitter la tendencia #YndiraSomosTodas ocupa las primeras posiciones en los trending topics como señal de apoyo a la activista y para exigir justicia ante este terrible abuso de poder:
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Defensora de los derechos de las mujeres VIOLADA POR LA POLICÍA en Guerrero.
¿Qué es esto? ¿Arabia Saudita? 😤#YndiraSomosTodas
RT mil, plis. https://t.co/iG8QiFH120
— homo sentiens ∞ ༄ (@homosentiens) October 22, 2017
Un episodio atroz que ejemplifica la atrocidad que vivimos. Difundan.#YndiraSomosTodas.https://t.co/PL8J6IV2W9
October 22, 2017— Pedro Miguel (@Navegaciones)
https://twitter.com/SiMeMatan_CU/status/922140898049355777
Nos sumamos a la exigencia ¡Justicia para Yndira! #YndiraSomosTodas https://t.co/n5JLPp0Edx pic.twitter.com/ibxLQkOXXK
— Red VIRAL CDMX (@VIRALCDMX) October 22, 2017
El hecho que me violara una mujer me confirma que nos está carcomiendo el propio sistema, que normaliza la violencia y nos quiere obligar a pensar que este es nuestro destino. Las instituciones están podridas. Quiero caminar sin miedo; el Estado me pudo haber quitado la seguridad, pero no me va a quitar ni la dignidad ni mi vocación de seguir defendiendo los derechos de las mujeres, concluyó.
Ver más: La Jornada: Defensora de los derechos de las mujeres, violada por la policía en Tlapa, Guerrero