Hablé con Ben Hammersley en agosto, durante el Campus Party Mexico. Él venía directo desde Gran Bretaña, así que traía un considerable jet lag, pero aún así accedió amablemente a verme. Es un hombre alto y con cierto aspecto de pirata digital risueño –aunque quizá esta impresión me la formé por los tatuajes que luce-. También es el Editor General de la archiconocida revista Wired, fundador de Six Creative y Dangerous Precedent, reportero ocasional de la BBC, asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores Británicos y creador del todavía inédito (aunque está calentando motores) Journal of Post-Digital Geopolitics. En su tiempo libre, además, toma fotografías (y no se le da mal) y hasta tuitea. Todo un currículum.
Se suponía que esto iba a ser una entrevista, pero acabó siendo algo parecido a una clase particular sobre geopolítica en la era post-digital. Suena algo raro, pero ya verán que todo tiene sentido. Esto es parte de la conversación que mantuve con él. ¡Espero la disfruten!
A: Debo advertirte antes que nada que quizá no soy la persona más indicada para entrevistarte, porque no me gustan los gadgets.
Ben: No pasa nada, a mí tampoco me gustan.
A: ¡¿No te gustan los gadgets?! [Trae un ipad consigo]¿Entonces por qué escribes en Wired?
B: No lo hago. De todas formas, no escribimos sobre gadgets. Escribimos sobre los efectos sociales de la tecnología. Pero ya no trabajo casi con Wired. Me retiré hace cosa de un año. Ahora hago muchas cosas: algún escrito para Wired, dirijo una compañía de diseño en Londres, nos dedicamos a diseñar cosas digitales para empresas del mundo de la moda. Y hago muchas cosas relacionadas con internet y la política de relaciones internacionales.
A: ¿Por qué dejaste Wired?
B: Fue mi primer trabajo a tiempo complete después de más de 8 años de freelance y me di cuenta de que en realidad no me gustan los trabajos a tiempo completo. Me gusta trabajar en muchos proyectos a la vez.
A: Busqué tu nombre en Wired y encontré que el editor era otra persona…
B: Soy Editor General, eso es otra posición laboral. Es interesante porque no tiene traducción en español y por eso la prensa hispana siempre dice que soy Editor General y no lo soy. Yo fui parte de la compañía desde el inicio. Pero es algo parecido a un corresponsal especial, a un reportero especial. Significa que no tengo que ir a la oficina.
A: ¿Se inventaron el nombre de la posición para ti!
B: ¡No, no! Es un puesto americano algo pasado de moda. Eran los años sesenta y setenta, en la época de los famosos escritores que escribían para grandes revistas como por ejemplo Playboy. Durante la edad de oro del periodismo muchos reporteros famosos tenían el puesto de…bueno…”editores generales”.
A: ¿Cómo un puesto de más nivel para un periodista?
B: Algo así.Pero también represento a la revista, así que cuando hablo en conferencias –hablo en muchas- represento a Wired.
A: ¿Entonces es como un título honorífico?¿Cómo un editor honorífico?
B: ¡Si, algo así!
A: Este…me decías que te habías retirado de Wired porque…
B: Quería trabajar en política. Quería pasar más tiempo trabajando con todo lo relacionado con las publicaciones digitales. Tenía muchos trabajos como asesor. Y estaba bien, porque es interesante y, también…¡pagan mucho más dinero!
A: Ok, entonces eres fundador de Six Digital, una compañía de diseño, y tienes tu proyecto de Journal of Post-Digital Geopolitics, que trata sobre “geopolítica en la era post-digital”…y ahí si me pierdo un poco. ¿Qué quiere decir eso?
B: [se ríe] La idea es que…a ver. Tenemos países, que tienen fronteras, y estos países tienen embajadores que van a otros países y los países tienen ejércitos…todo muy pasado de moda. En Europa hemos estado haciendo este tipo de cosas durante más de mil años, y los romanos lo hicieron antes, y antes de ellos lo hicieron los romanos. O sea que los países están definidos por líneas. ¡Todos los que están de un lado de esta línea son españoles, o ingleses, o lo que sea!¡Y del otro lado, todos son franceses!
A: ¿O sea que un país está definido por el espacio…?
B: Si, un país está definido por el espacio. Y tradicionalmente, una nación-estado, esto es, el gobierno, se define como los únicos que pueden usar legítimamente la fuerza dentro de estas líneas. Y nuestra política en relaciones internacionales se ha basado en esta noción durante miles de años. Y la razón por la cual esto es importante es porque todo ha sido definido por el tiempo y el espacio. O sea que si estoy en Barcelona y quiero comerciar contigo, que estás en Londres, mi vino o lo que fuese tardaría cuatro o cinco semanas en llegar a Londres. Y si tuviera información –por ejemplo, la noticia de que el Rey de España hubiera muerto, por ejemplo- tendría que viajar. Así que tanto el flujo comercial como el flujo de la información estaban controlados por el espacio, como también lo estaba la nación-estado.
Y los grupos también estaban definidos por el espacio. No podríamos tener una conversación sin estar aquí, juntos, en la misma mesa. De modo que no podría persuadirte para que te convirtieras al catolicismo, o al comunismo, o a lo que fuera…a no ser que estuviésemos hablando, juntos, en el mismo lugar y en el mismo tiempo. En la política, todo está basado alrededor de estas restricciones, de estos límites. Pero ahora, desde hace unos veinte años más o menos, estos límites han desaparecido, y podemos estar en cualquier lugar del planeta y aún así mantener una conversación. Ahora puedo juntar a un grupo de gente basado en cualquier cosa, todo ello online.
A: ¿Entonces el modelo en la información ha cambiado radicalmente…?
B: Radicalmente, si.
A: ¿Y cómo afecta esto a la política?
B: Bueno, eso es lo que a mí me interesa. Mira, Alemania fue reunificada seis semanas antes de que el primer servidor web se pusiera en marcha. ¿En cien años cuál de los dos acontecimientos crees que se considere más importante?
A: ¿El servidor web?
Podrías definir Al-Qaeda, si quisieras, como una filosofía como una website
B: Exactamente. Así que empecé a pensar en estas cosas, en que todas las guerras que los poderes occidentales han luchado en los últimos años no han sido de países contra países, no, sino de grupos contra grupos, grupos que, realmente, solo podían haber existido gracias a las modernas tecnologías de la comunicación. Piensa por ejemplo en Al-qaeda. Podrías definir Al-Qaeda, si quisieras, como una filosofía como una website. No tiene cuarteles generales, no requiere una membrecía, no hay un uniforme ni te dan un certificado…
A: Quizá ni siquiera es un grupo
B: Exacto. Quizá es tan solo una idea. Así que la única manera de que esta idea-grupo-cosa-rara se forme es a través de las redes de comunicación, que permiten que las ideas se expandan sin que estén constreñidas por el tiempo y el espacio. Antes, si hubieras sido, digamos, Bin Laden, habrías podido formar Al-qaeda, pero tendrías que hacerlo con la gente de tu entorno. Y quizá crecería, pero seguiría siendo local. Pero ahora ya no es local, ahora es enorme.
A: ¿Es eso lo que haces para el gobierno británico?¿Pensar en estas cosas?
B: Algo así. Pero la cuestión es que no necesariamente estamos hablando de terroristas. Piensa en los fans. Como en la gente a quien le encanta Crepúsculo. Se juntan en grandes grupos online, y hacen cosas. Internet te permite que formes grandes grupos sin estar limitado por el tiempo y el espacio, y estos grupos pueden hacer cosas.
A: ¿Estás sugiriendo que si cortáramos la conexión detendríamos a estos grupos?
tenemos que entender cómo funciona internet, no solamente de manera técnica, sino socialmente
B: No. Estoy sugiriendo que no podemos cortarles la conexión, y que por lo tanto tenemos que prestar atención a lo que internet pueda posibilitar. Y porque la política en relaciones internacionales no va de países contra países, sino de grupos contra grupos, y porque estos grupos son solo posibles gracias a la comunicación de esta era post-digital, si queremos hacer política en relaciones internacionales tenemos que entender cómo funciona internet, no solamente de manera técnica, sino socialmente. Un ejemplo. Imagínate que eres ministra de exteriores, un trabajo fácil, ¿verdad?, y que España no tiene mucho dinero, así que te han dicho que solo puedes tener 100 embajadores, y que puedes mandarlos a donde quieras, pero son un número limitado.
A: Sólo cien…
B: Sólo cien. Pero ahora imagínate que no tienes que mandarlos a países, también puedes mandarlos a cualquier otro lugar. Con un número limitado, mandarías a un embajador a, por ejemplo, Luxemburgo, o lo mandarías a Google?¿O a Walmart?¿O a Coca-Cola? Coca-Cola tiene más gente que Luxemburgo, y probablemente más dinero, con toda seguridad más poder, y es más popular. Así que adónde lo mandarías?¿A Luxemburgo o a Coca-Cola?¿Cuál es más importante?
A: La segunda opción…
¿qué pasaría si toda esta gente tuviese de repente la misma idea?
B: Correcto. Así que en el mundo real, si tuviéramos que empezar las relaciones internacionales de nuevo, Google sería un país, y Facebook también. Así que si tu trabajo es proteger los intereses de la nación, que le conviene más a la nación, mandar a alguien a la oficina de Google o a la de Luxemburgo? Pero no hablo solo de empresas. Podría ser el Movimiento de Software Libre. O el Campus Party. Imagina a los 50000 campuseros, todos ellos increíblemente talentosos, todos esparcidos alrededor del mundo…¿qué pasaría si toda esta gente tuviese de repente la misma idea?¿Como, por ejemplo, declararle la guerra a España?
A: Hmmm…
B: Así que imagínate que los 50000 campuseros deciden declararle la guerra a España. ¡Y ahora ya no eres Ministra de Exteriores, ahora eres Ministra de Defensa!
A: Ay madre…
B: ¿Dónde bombardearías?
A:No puedes bombardear
B: ¿Adónde mandarías al ejército?
A: No lo sé. Los mandaría a cortar las conexiones de internet.
B: ¿Cuáles?¿Dónde?¿las de quién? Toda esta gente vive por todo el mundo, en lugares diferentes. Tendrías que desconectarlos a todos.¿Y qué pasa con tu Marina?¿Te sirve de algo?
A: Si fuese Ministra, supongo que podría “desaparecer” a algunos de los campuseros y esperar que la estrategia funcionara. Siempre hay manaras de que el gobierno sepa quién eres, dónde vives, y si les estás molestando pueden matarte…o al menos asustarte lo suficiente. Es fácil asustar a la gente.
B: Si, quizá lo es. Pero entonces sería una Guerra entre blogueros políticos contra los gobiernos. ¡Y sé quién la ganaría!
A: ¿Quién?
B: ¡Los blogueros!
A: ¿Estás seguro?
B: ¡Si!¡Claro que sí! ¡No todos ellos, pero no los necesitas a todos, solo necesitas a uno!
A: Tu eres optimista, ¿verdad?
B: Si. Solo necesitas que una persona tenga una buena idea. No puedes bombardear un hashtag.Puedes desaparecerlo un rato, hasta que twitter diga…¡ok! Todos los ejércitos y los ministerios de exteriores están basados en la lucha de un tanque contra un tanque. Pero no puedes bombardear un grupo. No puedes bombardear una compañía. ¿Adónde mandarías los soldados?
A: Entonces quizá tampoco puedes declararle la guerra a las drogas…
No se está luchando contra gente, sino contra una idea. Puedes matar a la gente, pero la idea continúa siendo muy poderosa.
B: Exacto,. la guerra contra las drogas es un ejemplo perfecto. Es como la guerra contra el terror. No se está luchando contra gente, sino contra una idea. Puedes matar a la gente, pero la idea continúa siendo muy poderosa. La idea de los traficantes de drogas es que vender droga es una muy buena manera de hacerse muy, muy rico. Así que cuando hablo sobre geopolítica post-digital hablo de estas ideas sobre cómo se relacionan, cómo pueden relacionarse los países entre sí, y cómo pueden trabajar conjuntamente, y hacerlo de la mejor manera en el nuevo mundo…
Imagen: Ben Hammersley