Dicen que fue ella, Susana Chávez, quien enarboló por primera vez la consigna de “ni una muerta más“. Ahora, en una terrible paradoja, usamos su propia frase para lamentar la muerte de la poeta juarense. No nos queda mucho más por decir, excepto que las palabras de Susana la sobreviven. Sus palabras, que tal vez le han causado la muerte, son ahora lo único que nos queda de ella. Luego, más tarde, habrá justicia o no la habrá. Luego, habrá más muertas, o no las habrán. Hasta entonces, gracias por tus palabras, Susana.
“He perdido la cuenta de tus huesos / introduciendo mi palabra al tiempo / entonces me fui a alguna parte / con el apetito dormido. Fuiste tú el sitio del crimen / quién me volvió clandestina melodía…”
Imagen amablemente cedida por Jovan Israel, ilustrador mexicano