México Feminicida, a 16 de diciembre del 2020 – El día de hoy se cumplen 10 años del feminicidio de Marisela Escobedo; quien peregrinó durante años buscando justicia para su hija Rubí, asesinada por Sergio Rafael Barraza, integrante del crimen organizado en Ciudad Juárez. Oficialmente, el supuesto asesino de Marisela murió trágicamente en prisión mientras purgaba su condena. En la realidad, la familia Escobedo sabe que quien jaló el gatillo fue Andy Barraza, hermano del feminicida. Y es que un familiar de Marisela lo vio junto antes de que le disparara a la mujer que se encontraba afuera del Palacio de Gobierno de Chihuahua exigiendo la detención del sicario que mató a su pequeña Rubí.
Rubí fue asesinada cuando tenía 16 años, por el mismo pedófilo que ‘se la había llevado’ cuando la pequeña tenía tan sólo 13 años. Tiempo después la embarazó y cuando su hija era apenas una bebé, la asesinó, tirando sus restos en un terreno, ‘cerca de las marraneras’. Para que Sergio fuera detenido, Marisela tuvo que luchar día y noche; de hecho fue ella quien lo localizó para su detención. Siguió luchando durante el juicio, cuando Barraza mismo confesó y se disculpó por haber asesinado a Rubí. Y aunque estuvo cerca del derrumbe en el momento en que los jueces anuncian que van a absolver de todos los cargos al feminicida, de alguna forma, logró mantenerse en pie. Marisela jamás calló, ni siquiera cuando la balearon. Ella sigue gritando hasta el día de hoy en cada mujer feminista en este país, donde tenemos que luchar por el divino derecho de ser mujeres y estar vivas. La memoria no olvida que liberaron a un feminicida confeso por ‘falta de pruebas’.
La rabia de Marisela sigue llamando a la revolución
La historia de Rubí y de Marisela se repite a diario, a todo lo largo y ancho de este México lindo y querido. Fue Escobedo una de las llamas que encendieron la actual revolución feminista; que nace en 2019 después de que los feminicidios en todo el país alcanzaran su máximo histórico (superado cada tanto). Actualmente se estiman 11 feminicidios diarios, aunque se sabe que esas cifras son mucho más grandes en la realidad; pues la gran mayoría de asesinatos de mujeres por razones de sexo se registran como ‘homicidios’ e incluso ‘suicidios’. Eso si es que existe algún registro del hecho. El terror de pensar en esa cifra real que se esconde detrás de la macha impunidad mexicana, es la razón por la que las mujeres ya no le tenemos miedo a nada más: cuando vives con la muerte respirándote en la nuca sólo por lo que tienes entre las piernas, entiendes que la pasividad es un privilegio de clase.
Marisela Escobedo apeló y llamó a la rabia e indignación ante un país que no sólo no castiga los feminicidios, sino que absuelve a los culpables para permitirles escapar. Aquella vez fue Sergio, pero el feminicida libre ha tenido y seguirá teniendo millones de nombres. Curioso caso de constante omisión policiaca que perdura, si es que de algo sirve en primer lugar la atención de las autoridades que hacen valer las leyes patriarcales de un sistema decadente.
Por Marisela y Rubí, por todas las demás, las asesinadas y las omitidas, la justicia será feminista.