Un nuevo planeta descubierto por científicos tiene océanos de lava cubriendo su superficie. El planeta infernal se llama GJ 367b y está a años luz de la Tierra.
Los científicos descubrieron un planeta en un sistema de dos estrellas tan extremo que antes se pensaba que era poco probable que pudiera formarse un planeta allí.
El sistema de dos estrellas donde se encuentra el planeta, conocido como HIP 71865, ob Centauri, se encuentra dentro de la constelación Centaurus a unos 325 años luz de la Tierra.
Con seis veces la masa de nuestro propio sol, el sistema es tan masivo y tan caliente que, hasta que fue fotografiado por el Very Large Telescope de ESO, muchos expertos no creían que pudiera existir un planeta en esa zona. El nuevo descubrimiento muestra que es posible; el planeta fue encontrado orbitando una de las dos estrellas del sistema a unas 100 veces la distancia entre Júpiter y el sol.
Nuevo planeta hostil
El planeta, apodado b Centauri b, alberga un ambiente extremadamente hostil desde cualquier punto de vista terrestre. Con 10 veces la masa de Júpiter, b Centauri b se encuentra entre los planetas más masivos jamás descubiertos.
También se mueve en una de las órbitas más amplias jamás registradas: la gran distancia entre el planeta y las dos estrellas del sistema puede jugar un papel importante en la supervivencia del planeta. El descubrimiento demuestra que los planetas pueden formarse y sobrevivir en entornos que antes se pensaba que eran demasiado extremos.
“El planeta en b Centauri es un mundo alienígena en un entorno que es completamente diferente de lo que experimentamos aquí en la Tierra y en nuestro sistema solar”, explicó el coautor Gayathri Viswanath, estudiante de doctorado en la Universidad de Estocolmo.
Las estrellas masivas suelen ser muy calientes, y eso es válido para el sistema b Centauri. Su estrella principal está clasificada como de tipo B, lo que significa que tiene una masa entre 2 y 16 veces la del sol de la Tierra, con temperaturas superficiales que oscilan entre los 17,500 y los 53,500 grados Fahrenheit. Temperaturas tan extremas dan como resultado grandes dosis de radiación ultravioleta y de rayos X, lo que lo hace aún más inhóspito para los estándares humanos.
Según los autores, la masa extrema y el calor de la estrella deberían tener un impacto significativo en los gases circundantes en el sistema, lo que dificultaría la formación de planetas. Las estrellas más calientes producen más radiación de alta energía, lo que hace que la materia cercana se evapore más rápido, dejando así menos materia prima dispersa alrededor del sistema para la formación de planetas.