Era indignante, todos al parecer compartimos la noticia acerca de una diseñadora francesa que había patentado el diseño artesanal de una prenda oaxaqueña y había pedido regalías y exigido el cese de su producción.
Sin embargo esta investigación de Giovanna Salazar que publica en Global Voices nos relata lo que pasó en este fenómeno viral.
La semana pasada se desató una controversia, predominantemente en redes sociales, creada por una noticia sobre la posibilidad de que una diseñadora francesa y una firma extranjera se apropiaran de un tradicional diseño textil de Oaxaca, México.
Todo parece haber iniciado el 16 de noviembre, con una nota señalando lo siguiente:
Autoridades municipales de Santa María Tlahuitoltepec informaron que además del supuesto plagio a uno de sus diseños hace unos meses, por la modista francesa Isabel Marant; la empresa Antiquité Vatic [sic], de la misma nacionalidad, comenzó un juicio para reclamar los derechos de autor del diseño textil, originario de esta comunidad Mixe de Oaxaca.
Tal información fue retomada por otros portales en línea, quienes señalaban enfáticamente que las y los habitantes de dicha comunidad indígena Mixe, en Oaxaca, ya no podrían realizar los bordados típicos de sus prendas, al menos hasta que pagaran las regalías respectivas. Incluso se mencionó la existencia de un “requerimiento” que las autoridades de la municipalidad mexicana de Tlahuitoltepec habrían recibido del gobierno de Francia:
El ayuntamiento de Tlahuitoltepec reveló que se enteraron del asunto gracias a un requerimiento que llegó al palacio municipal y que proviene del gobierno de Francia el cual prohíbe la producción y venta de este tipo de prendas hasta que la comunidad pague las regalías correspondientes a esta empresa francesa.
La información se compartió ampliamente por la red (basta revisar las métricas de redes sociales de los portales para ver que las notas se compartieron más de 300 mil veces) desatándose con ello una ola de críticas y múltiples reclamos. El hashtag #MiblusadeTlahui se utilizó ampliamente en Twitter:
https://twitter.com/Odette_RiMu/status/667486452721123328?ref_–> “¡Los bordados oaxaqueños mixes se quedan en Oaxaca!” y se dirige a las autoridades mexicanas encargadas de asuntos relacionados con derechos de autor y propiedad intelectual, solicitándoles:
Declaren públicamente que los bordados de las comunidades mixes oaxaqueñas están protegidos por la ley y no son susceptibles de apropiación o patente por parte de particulares ni mexicanos ni extranjeros.
La segunda es un llamado a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas para que señale: Tlahuitoltepec es una entidad viviente… ¡Los bordados Oaxaqueños son Mexicanos!
Fue tal el volumen e intensidad de las reacciones, que la diseñadora Marant se vio en la necesidad de publicar un comunicado en su página de Facebook para aclarar que la información que circulaba en línea y que la vinculaba con un juicio para patentar los diseños que pertenecen a la comunidad mixe de Tlahuitoltepec era falsa.
En junio de este año las y los pobladores de dicho municipio oaxaqueño denunciaron plagio por parte de la diseñadora Marant en su colección primavera-verano 2015, y realizaron una conferencia de prensa para detallar el caso, de acuerdo con el medio internacional The Guardian.
Ante dichas denuncias Marant informó encontrarse en juicio por esos mismos diseños con la empresa Antik Batik de Gabriella Cortese. Ésta última firma francesa reclamaba los derechos de autor sobre tales diseños, y fue la diseñadora quien reconoció ante la corte francesa que el diseño original provenía de las y los pobladores de Santa María Tlahuitoltepec.
Sin embargo, todo esto sucedió en junio 2015, por lo que es falso que actualmente la blusa tradicional “Xaam Nixuy” continúe siendo disputada por diseñadoras y/o firmas francesas. En este sentido, el gobierno municipal de Tlahuitoltepec emitió un comunicado oficial para desmentir la información que había estado circulando a lo largo de la última semana.
Para su conocimiento. #miblusadetlahui pic.twitter.com/z0g5K1s022
— Javier Poza (@javierpoza) November 21, 2015
Ahora bien, a la luz de este reciente episodio, cabe recordar que el diseño y vestimenta de las poblaciones indígenas es símbolo de su gran riqueza cultural y una pequeña muestra de un patrimonio histórico que debe protegerse. Desafortunadamente, actualmente no existe un marco legal en México que proteja y garantice los derechos de las poblaciones indígenas sobre sus piezas artesanales, lo cual hace que éstas sean altamente vulnerables.
Ojalá esta última controversia facilite que se reconozcan, protejan y fomenten los derechos culturales y de identidad indígenas y se encuentren maneras efectivas de proteger su creatividad colectiva. Además de, por supuesto, invitarnos a evitar dejarnos seducir por contenidos virales o alarmistas sin fuentes y sin previa verificación de la información.