El ciberataque mundial a más de 300.000 ordenadores de 150 países mediante el virus “ransomware” pudo tener su origen en Corea del Norte, según informaba el diario El País el 16 de mayo, citando las sospechas de empresas de seguridad y servicios de inteligencia de diferentes países. “El régimen asiático podría ser el autor intelectual de la agresión”, señalaba el periódico a partir de las investigaciones de empresas como Google, Symantec y Kaspersky. “Las pruebas, no obstante, aún no son concluyentes”. Dos días antes la Agencia Efe destacaba el último ensayo de misil balístico realizado por Corea del Norte, “un test que mantiene su desafío a la comunidad internacional”. El lanzamiento del proyectil, que recorrió entre 700 y 800 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón, era el modo en que el líder norcoreano Kim Jong-un “ponía a prueba” al nuevo gobierno de Seul, según interpretaba la Agencia Efe.
“Ante un ladrón, ¿quién acometería con un cuchillo y sin realizar un contraataque militar?”, se pregunta el embajador de la República Popular Democrática de Corea en el estado español, Kim Hyok-Chol. Desempeña el cargo diplomático desde enero de 2014, apenas un mes después de la apertura de la embajada, y se refiere a la “fuerza disuasoria nuclear y autodefensiva de su país frente a los disparates belicistas de Trump y sus lacayos”. El embajador ha pronunciado una conferencia titulada “La República Popular Democrática de Corea y su compromiso por la paz y contra la guerra imperialista”, en un acto organizado en Valencia por el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). “Con Estados Unidos no es cuestión de comunicarse, sólo cabe la acción; sólo es posible que se dobleguen si contamos con la fuerza suficiente”. Además, “durante más de 50 años sopla la amenaza de guerra nuclear en la Península de Corea por responsabilidad del imperialismo estadounidense”, afirma en intervención traducida al castellano, que ha concluido con una apelación a la unión de países en la lucha contra el imperialismo.
Kim Hyun-joong, embajador de la República Popular Democrática de Corea en Rusia, denunció el pasado 12 de mayo en Moscú una iniciativa diseñada por la CIA y la central de inteligencia surcoreana para liquidar al secretario general del Partido del Trabajo de Corea, Kim Jong-un, con armas bioquímicas. En tales circunstancias y ante las embestidas militares estadounidenses, el embajador en España Kim Hyok-Chol sostiene que la República Democrática de Corea se ve obligada a poseer armamento nuclear como medio de “independencia y justicia frente al asedio exterior”. Se trata, así pues, de un “justo derecho a la autodefensa”, afirma en el Centro Obrero y Popular Las Trece Rosas de Valencia. “Los efectos de no contar con armamento (nuclear) disuasorio pueden apreciarse en Siria y Oriente Medio”. Es más, “Corea es una nación con más de 5.000 años de historia que jamás ha arrojado una piedra a otros países”. El diplomático contrapone, frente a esta realidad, “el terrorismo imperialista norteamericano de agresión”.
En febrero de 2017 BBC Mundo daba cuenta de la exhortación de Donald Trump a “fortalecer” y “expandir” el arsenal nuclear de Estados Unidos. Que no es una bagatela, sino que multiplica por 31 el de Reino Unido, por 26 el de China o por 22 el de Francia, según la ONG con sede en Washington Asociación de Control de Armas, que cita datos del Departamento de Defensa estadounidense. La citada fuente señala que Estados Unidos y Rusia poseen el 90% del arsenal nuclear mundial. Mientras el gigante norteamericano cuenta con 6.800 ojivas nucleares, Corea del Norte dispondría de una decena.
A comienzos del siglo XX la Península de Corea fue ocupada por Japón y convertida en un protectorado. “Fue una historia de 40 años de tragedia”, declara Kim Hiyok-Chol, que terminó con la derrota del imperialismo japonés en la segunda guerra mundial. En esta contienda por la liberación nacional tomó parte Kim Il-sung, fundador y líder máximo de la República Democrática de Corea desde 1948 hasta su muerte en 1994. Estados Unidos y la Unión Soviética dividieron el país en 1948, en el contexto de la política de bloques, relata el embajador. “la división fue una tragedia”; “en la parte norte se construyó un país socialista, con el gobierno del pueblo y en el sur nuevamente una colonia, esta vez norteamericana; en 1950 Estados Unidos provocó una guerra con el objetivo de dominar toda la península, pero tras un conflicto bélico de tres años el pueblo coreano derrotó al imperialismo”, explica en el acto organizado por el PCPE. ¿Qué ocurrió después? “Durante más de 70 años nuestro país y Estados Unidos se han enfrentado, aunque sin cañonazos”.
La República Popular Democrática de Corea se plantea dos grandes prioridades, derivadas de muchas décadas de opresión imperialista: la soberanía nacional y la construcción del socialismo. Tal vez por ello el ejército desempeñe una función tan relevante en el país, en la defensa frente a los enemigos externos pero también en la expansión económica. Es, a grandes rasgos, el principio “Shogun”. Tomaron parte en la construcción de la Avenida Ryomyong (“amanecer” en coreano), inaugurada el pasado 13 de abril coincidiendo con el 105 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung. Las fotografias de las masas junto al actual presidente Kim Jong-un daban realce a este macroproyecto de 4.000 viviendas, 44 rascacielos y 40 edificios públicos. El ejército ha participado asimismo en la construcción de centrales hidroeléctricas, destaca el embajador. Así, las agencias internacionales informaron en abril de 2016 de la inauguración por parte de Kim Jong-un de la tercera planta hidroeléctrica en el último año, cerca de la frontera con China.
Kim Hyok-Chol apunta algunos avances de la política social coreana: 12 años de educación obligatoria, universidad pública y gratuita, asistencia médica sin coste para el enfermo, vivienda y empleo para las masas trabajadoras, garantía de igualdad entre el hombre y la mujer… “Aunque es cierto que nuestro país está en desarrollo; no contamos con muchas medicinas e infraestructuras sanitarias ‘caras’, pero sí con hospitales en los que se atiende sin requerimiento de pago a los pacientes”. Aclara que las masas populares “viven en igualdad, pero el objetivo del Estado es continuar mejorando la vida de la población”. ¿Qué idea percibe de la República Popular de Corea a través de la prensa occidental? “Engañan a la opinión pública; las personas que visiten nuestro país pueden observar con sus ojos la realidad coreana; si ustedes quieren venir como turistas, hay muchos lugares pintorescos y nosotros les facilitamos la comodidad de sus viajes”.
Un periodista pregunta al embajador Kim Hyok-Chol por las relaciones de Corea del Norte con las dos grandes potencias adversarias de Estados Unidos: Rusia y China. “Desde la lucha armada contra Japón entablamos una buena relación de vecindad con los dos países”. Pero, “¿por qué ellos critican nuestra fuerza nuclear disuasoria?”, se pregunta el diplomático en el Centro Obrero y Popular Las Trece Rosas. “Los países poseedores de armas nucleares tienen gran interés en que otros no las tengan; pero con China y Rusia ocurre como en una familia, que entre hermanos puede haber diferentes opiniones; nosotros defendemos la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos de los países”. Otra cuestión planteada es la sucesión del liderazgo supremo de Corea del Norte, de padres a hijos: Kim Il-sung (1948-1994), Kim Jong-il (1994-2011) y Kim Jong-un desde 2011. “Durante la dominación del imperialismo japonés, extrajimos dos lecciones: si un país es débil se convierte en un vasallo; y además, contando con un líder destacado el país será potente”.
A ello se agrega la legitimidad adquirida, que por ejemplo Kim Il-sung alcanzó como fundador de la nación, mentor del socialismo y en la batalla contra los imperialismos japonés y estadounidense, explica Kim Hyok-Chol . Por otro lado, “cuando observamos los procesos electorales en Estados Unidos y Europa, siento gran orgullo del líder supremo que goza de gran confianza en nuestra República, y esto ocurre desde los niños a los ancianos”.
El pasado 18 de abril el periódico Hispan TV informó de que el ejército de Estados Unidos promovía la construcción de dos nuevas bases militares en Corea del Sur. El objetivo, “garantizar la seguridad de sus aliados”. Un comunicado del Departamento de Defensa detallaba que el proyecto incluye un centro de operaciones de las fuerzas estadounidenses y la tercera fase de las instalaciones en la base de Camp Garrison Humphreys. La compañía Gilbane Federal de Concord (California) recibiría, según la citada fuente, 133,4 millones de dólares para unas obras que tendrían que finalizar en mayo de 2020. El día anterior, el portal de noticias iraní subrayaba que en una rueda de prensa celebrada en Seúl, el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence y el primer ministro surcoreano en funciones, Hwang Kyo-ahn, anunciaron la intención de reforzar su alianza militar frente al enemigo norcoreano. Expresión de esta advertencia es la aceleración del escudo antimisiles THAAD (siglas en inglés del Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud). El sistema se halla operativo, y puede interceptar misiles norcoreanos, informó el 2 de mayo BBC Mundo, “aunque faltan meses para completar su capacidad operativa.
Vía Rebelión. Republicado bajo licencia Creative Commons