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Día de Muertos: En Estados Unidos ‘muere’ tradición mexicana

Fusión de tradiciones

Habiendo nacido y crecido en México, la tradición del Día de Muertos se lleva por siempre a cualquier parte del mundo, aunque sea únicamente en la memoria, y es curioso ver que en otros países el 2 de Noviembre es una fecha más en el calendario.

Aunque la geografía de Estados Unidos y la de México se dividan tan solo por un río o una línea fronteriza, cuando se trata de tradiciones la división parece estar marcada por el más grande de los océanos.
Si ya de por sí en nuestro mismo país la celebración del Día de Muertos, que se vive al máximo en el sur y centro, conforme se avanza hacia el norte se va diluyendo, al cruzar hacia la Unión Americana esa tradición prácticamente desaparece.
Hasta acá no llega el aroma del cempasúchitl, ni el vaporcito del atole que calientito se deja junto a una pieza de pan para que las almas que se han ido, al regresar en “su día” vuelvan a degustar sus platillos favoritos.
Si acaso algunas remembranzas pueden percibirse gracias a esfuerzos de asociaciones méxico-americanas que insisten en mantener vivas las tradiciones de una parte de sus ancestros. Por eso hay celebraciones de “The Day of the Death” en algunas escuelas, universidades y una que otra oficina.
Pero los altares que se montan acá se limitan a una mesa cubierta con el mantel que mezcla entre calabazas del Halloween y las típicas calaveras prehispánicas, y alrededor cuelga el plástico “made in China” que sustituye a ese tradicional, delgadito y colorido papel estraza (o papel de china) que vemos en cualquier fiesta típica mexicana.
La ceremonia del Día de Muertos se limita a una hora en algunas universidades, que empieza siempre con una explicación de la importancia de la tradición en suelo mexicano, le sigue la presentación de los elementos que forman el altar y los pocos asistentes terminan degustando una taza de chocolate o champurrado y un pan dulce, mientras algún mariachi entona el “Cielito Lindo”.

Otro símbolo de sobriedad

Los panteones son otra señal de que en Estados Unidos no hay un día especial para recordar a todos los que se han ido. A fines de mayo y a mediados de noviembre se recuerda a quienes han pedido la vida defendiendo el país, es decir, en una guerra o batalla.

Pero para el ciudadano común que ha muerto no hay fecha especial para ser recordado. Y esta falta de unidad en las tradiciones norteamericanas se debe en gran parte la diversidad de religiones que practica la población.
Cementerio Nacional de Arlington

Por ejemplo, de denominación cristiana hay más de 15 religiones, y falta mencionar a quienes basan su fe en otras denominaciones, por lo que las tradiciones en las que las creencias religiosas van de por medio, no trascienden más allá del grupo que comparte las mismas creencias.

Porque no hay que olvidar que las colonias que originaron la creación de este país estaban formadas por europeos que huían del Viejo Continente, buscando una tierra donde pudieran disfrutar de libertad religiosa.
Los panteones en Estados Unidos son campos abiertos cubiertos de césped, sin bardas ni puertas que limiten las visitas. Y las tumbas están al ras del suelo, donde lo único que emerge es la sobria lápida que no distingue entre ricos o pobres, porque tal parece que los estadounidenses tienen claro que habiendo partido del mundo terrenal, todos somos iguales.

Mary Ávila es mexicana, ha sido reportera durante muchos años y es Doctora en Periodismo. Ahora vive en Houston, Texas, desde donde continúa ejerciendo su profesión esta vez como participante en el proyecto Reporteras de Guardia.

Foto: Reporteras de Guardia


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