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“En mi sueño no eras tú”… una fiesta “con sentidos”

Nadia se levantó al lado de Tomás deseando que fuera Mateo. Esa noche, con alevosía, con verdadera conciencia, soñó que los tres se apuntaban a una fiesta “con sentidos”. Una reunión medio clandestina no apta para mentes conservadoras ni devotos de cualquier virgen del mundo. Un encuentro para encuentros libres y liberales. La cita era en el departamento de un conocido dj de la colonia Roma. El edificio, de estilo porfiriano, invitaba a la lujuria. Y es que el sexo con buen gusto tiene un plus. El arte de darse placer con belleza arquitectónica es mejor. Sí. El sueño empezaba bien para Nadia, cuyo único objetivo era llegar y desnudarse para Mateo. Un excusa perfectamente elaborada por su mente femenina para que su novio no sospechara de su traición.

Ella llevaba una minifalda negra y una blusa blanca de Chanel. Así vestida parecía una Lolita. Al entrar en el espacio preparado para el placer sin sutilezas, los tres se dirigieron a la barra y se sirvieron tres gin tonic. Nadia se apoyó contra la pared y empezó a mirar alrededor. Mateo hizo lo mismo. Tomás se acercó a una rubia que estaba sentada en un sofá rococó. Aquello parecía un cabaret de la época de la prohibición. Y como buenos transgresores, los anfitriones habían abastecido la fiesta con abundante alcohol y otras drogas.

Nadia y Mateo se miraron cómplices, ardientes en deseo. Tomás abrió la veda. Le estaba metiendo mano por el escote a la rubia del sofá. Nadia llevó de la mano a Mateo y se escabulleron a una habitación contigua a la sala. La música era ambiental. Tuvieron sexo durante dos horas.

Cuando despertó, Tomás le dijo empapado en sudor: “En mi sueño no eras tú”. Ella respondió: “En el mío tampoco”.

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Foto: Jesús Gorroti | Flickr (CC)