Nota: El texto que lee en este instante fue elaborado con datos recolectados hasta el día 20 de Marzo de 2013.
En esta ocasión no ahondaré en los aspectos positivos y negativos de la reforma, sólo puntualizaré los elementos a los que hay poner particular atención pues considero que contribuyen en buena medida a la construcción de amplias perspectivas y finas percepciones.
Siendo así, lo invito a conocer algunos aspectos que pueden servirle para entender la importancia que tiene esta reforma para la vida del país:
1) Más allá de nuestro contexto actual y de quien se ostente como presidente, la reforma cobra relevancia porque de ella depende lo que como medios producimos y como audiencias consumimos.
2) La reforma plantea una seria interrogante ¿Tiene que ser el Estado el único decisor entre lo que es “plural y oportuno”? y en ese mismo sentido también cabe preguntar ¿dónde quedan los contrapesos?
3) La reforma en materia de telecomunicaciones es fundamental, en ella recae la posibilidad de generar, frenar o nulificar la competencia en el sector.
4) Es notable que en esta reforma solo saldrían beneficiados los actores de siempre, pensar en obtener una licitación o una nueva concesión sería más difícil y con los candados puestos dentro de esta iniciativa, el control del mercado está asegurado.
5) La redacción del documento es ambigua y su discurso es dictatorial. De ahí que pueda entonces discutirse con amplitud, pues abre la puerta a un clima de autoritarismo recalcitrante que no es benéfico para nadie.
6) La reforma en materia de telecomunicaciones nos obliga a revisar (si) algunas garantías establecidas en la constitución, la ley de amparo y la Ley Federal de Procedimiento Administrativo (se eliminarían).
7) Esta reforma cierra la puerta a la neutralidad, regular tecnologías (no acotarlas, como debería ser) es un error mayúsculo.
8) La reforma contempla la creación de dos órganos reguladores que navegarían con bandera de autónomos y al mismo tiempo se maneja “la opinión del Ejecutivo”. La pregunta central en este asunto es si llegado el momento estos órganos responderían con una negativa a la apreciación presidencial.
Es pregunta
¿Qué pasó con los medios comunitarios? ¿Por qué no se les toma en cuenta abiertamente? ¿Y si se establece cierto porcentaje del espectro radioeléctrico a las emisoras comunitarias?
¿Y el fomento a la creación de contenidos “made in Mexico”? No se incluye dentro de la iniciativa pero ante el bombardeo de producciones foráneas es pertinente que se piense en ello.
¿Y el freno a los monopolios? ¿Y el respeto a la libertad de conciencia?
No solo se trata de lo que es justo, sino de lo que es estrictamente necesario.